Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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lunes, 27 de marzo de 2017
LO DESCONOCIDO EN MI. (CUARESMA CON MERTON 4)
lunes, 20 de marzo de 2017
PALABRAS. (CUARESMA CON MERTON 3)
lunes, 13 de marzo de 2017
PUERTAS. (CUARESMA CON MERTON 2)
2. La puerta sin letrero, sin indicaciones, sin información. Sin nada que la defina. De la que, por ese mismo motivo, nadie puede decir “¡Esta es! ¡Esta es la puerta!” No se la reconoce como puerta. No hay nada que conduzca a ella. “No somos eso, pero aquí está la puerta”. No hay letrero que indique la salida y es inútil buscar indicaciones. Toda puerta con un letrero, toda puerta que se proclame puerta no es la puerta. Pero no busquen un letrero que diga “Esta no es la puerta”. Ni tampoco uno que diga “Esta no es la salida”.
3. La puerta que no responde a un deseo. No deseada. La puerta no prevista. Jamás deseada. No querida. No deseable como puerta. Ni una broma ni una trampa. No selecta. No exclusiva. No para unos pocos. No para muchos. No puerta hacia algo. Puerta sin propósito. Puerta sin fin. Puerta que no se abre con llave; no piensen que tienen una llave. No tengan esperanzas de tenerla. No sirve de nada preguntar, pero hay que hacerlo. ¿Quién? ¿Para qué? Si pidiéramos una lista de todas las puertas existentes, esta es la que no figuraría en la lista. Si preguntáramos los números de todas las puertas, esta es la que no tendría número. No se engañen pensando que esta puerta es simplemente difícil de encontrar y de abrir. Cuando la buscan, se esfuma. Se aleja. Se reduce. Es nada. No hay umbral. No hay nada en que apoyarse. No es espacio vacío. No es este mundo ni otro. No depende de nada. Por no tener cimientos, es el fin del dolor. Nada queda pendiente. Por eso, no hay umbral, no hay escalón, ni avance ni retroceso ni entrada ni no entrada. Así es la puerta que pone fin a toda puerta: inexistente, imposible, indestruida, atravesada por todos los fuegos ya apagados. "
martes, 7 de marzo de 2017
CRECIMIENTO. (CUARESMA CON MERTON 1).
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
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