Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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lunes, 30 de agosto de 2021
PERSONAS
EL NIÑO, LO QUE VA A NACER
Por eso, María y José no encontraron lugar en Belén,
pero la
confianza de ellos en Dios era absoluta, y no dudaban de que las cosas
serían como tenían que ser, y que su hijo nacería en el mejor de los lugares
posibles. Dice la tradición que el nacimiento tuvo lugar en una cueva oscura,
llena de animales. Así es nuestra mente cuando nos
sentamos a meditar: una oscuridad en la que algo respira. Eres tú mismo
quien respira, el animal que hay en ti, lo más instintivo y primordial, lo que
sostiene todo lo demás.
El animal que llevamos dentro es lo primero con lo que
conviene familiarizarse para emprender el camino espiritual; nuestro anhelo
básico de calor y seguridad, nuestros instintos que a veces nos atemorizan.
Todo lo intelectual y lo emocional desaparecen en esas profundas cavernas del
ser. Los animales en la cueva fueron los primeros testigos del nacimiento de
Cristo: el cuerpo es siempre lo primero. Si no se entra por el cuerpo, no se va
a ninguna parte. Primero los animales, ya luego vendrán los pastores y
los sabios. Lo divino, aunque sorprenda, nace en nosotros junto a lo animal.
Sin entrar en la cueva y sin acompañar la respiración de los animales, no hay
nada que hacer.
Nuestro niño interior nace también de la Virgen y de San José; de una
virgen, de un vacío, y de un soñador, un anhelo que va más allá de la ley, de
lo establecido, de lo permitido. Todos tenemos dentro una criatura que quiere
nacer: un proyecto, una idea, una misión. El mensaje es: LO PURO, LO OCULTO E INVISIBLE, ES FECUNDO.
José acogió un misterio que no entendía y que aprendió a contemplar; María
ofreció su cuerpo, que empezó a cambiar.
Lo espiritual (el niño), es el fruto inesperado de un
trabajo contemplativo con el cuerpo (María) y un trabajo contemplativo con la
mente (José). María; José y el niño son, por tanto, el cuerpo, la mente y el
espíritu. La Sagrada Familia es nuestra permanente aventura interior. De
ese encuentro entre mente y cuerpo nace el espíritu, que es como un torrente de
vida impredecible. Donde no había nada, ahora hay algo pequeño, alrededor de lo
cual todo empieza a girar… pasará tiempo hasta que consiga ser el rey.
(Tomado de BIOGRAFÍA DE LA LUZ, de Pablo d´Ors, para un trabajo de grupo)
martes, 24 de agosto de 2021
UN CAMINO DE PUERTAS ABIERTAS
viernes, 20 de agosto de 2021
LIBRO NUEVO... CONTEMPLANDO EL PARAÍSO
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
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