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sábado, 28 de diciembre de 2019

HAZ LO QUE PUEDAS, Y A TU PROPIO MODO

"Algunas conclusiones: literatura, contemplación, soledad, América Latina, Asia, zen, islam, etc. Todas estas cosas se asocian en mi vida. Sería una locura pretender que el «monaquismo» se defina por la simple renuncia a todo ello. Yo sería menos monje. Otros tienen su propio camino. Escribir a Squirru. Seguir a Miguel Grinberg en su desplazamiento a San Francisco y posteriormente a la Argentina, con una carta cuando sea necesario. Pensar con esos hombres nuevos. La apertura hacia el sur no se ha cerrado" (Julio 1964).

"En la meditación es muy necesaria la disciplina. La lectura ayuda. Las primeras horas de la mañana son buenas, aunque en la meditación matutina (una hora) el fuego me distrae fácilmente. Una hora no es mucho, pero yo puedo meditar más a gusto en la hora de lectura que sigue (y que se pasa muy rápidamente). Para mí es importante la presencia de Nuestra Señora, que, aun cuando inaprehensible, es una realidad en esta ermita. Su influjo es una exigencia de amor, pero sería inútil explicar esto con palabras. Yo la necesito, y ella está aquí. Tal vez mi pensamiento debería ocuparse de ella más explícitamente y más a menudo" (Diciembre 1965).

"Aunque resulta duro, es bueno vivir de acuerdo con la naturaleza utilizando una tecnología primitiva basada en el corte de madera y el fuego, más que de acuerdo con la tecnología desarrollada que ha suplantado a la naturaleza creando su propio clima, etc., etc. Sin embargo, también tiene sus ventajas una casa con calefacción y un horno automático. No es necesario prestar juramento de fidelidad a ninguno de esos sistemas. Caliéntate como puedas, ama a Dios y ora" (Febrero 1965).

Thomas Merton
Diarios  

viernes, 20 de diciembre de 2019

LO QUE SOMOS, ES PLENITUD (2)

"Salvación es sinónimo de plenitud. Y eso es lo que somos...

Solo cuando advertimos nuestra identidad  ilimitada, somos capaces de comprender el juego de la Vida, que no consiste en otra cosa sino en el despliegue admirable del Ser en cada una de las infinitas formas que lo expresan, en una hermosa e inequívoca no-dualidad. El YO SOY, que es uno, se disfraza y juega en cada yo individual.

Bendecir al Señor equivale a bendecir toda la realidad, que no es sino su disfraz permanente. En toda ella, el Misterio nos visita y sale a nuestro encuentro. Cuando estamos en conexión con nuestra verdadera identidad -ese mismo y único misterio- vemos su rostro en todo rostro y admiramos su presencia en todas las cosas. En realidad, en todas ellas, el Misterio se ve a sí mismo y sonríe dulcemente".

Enrique Martínez Lozano.
Otro modo de leer el Evangelio.

viernes, 13 de diciembre de 2019

CREER CUANDO LAS COSAS VAN MAL...

"Los Evangelios de Adviento, como la mayor parte de los demás textos litúrgicos de la época, son sobrios hasta la austeridad. Tómese por ejemplo la pregunta de San Juan Bautista en la prisión de Herodes, donde iba a sufrir una trágica muerte, tan cruel como sin sentido: "¿Eres Tú  el que ha de venir, o esperamos a otro?" Palabras extrañas y aun escandalosas, que algunos nunca han sido capaces de aceptar por lo que valen a simple vista: ¿Cómo podía haber preguntado eso en serio Juan, si había visto al Espíritu Santo descender sobre Jesús en el Jordán? Pero la forma directa con que se hacía la pregunta era garantía de su desesperada seriedad: pues en el extremo de su vida, a Juan no le importaba sólo, como diríamos, el éxito de su misión, sino, aun más profundamente, la verdad de su vida, la verdad de Israel, más aun, la verdad del mismo Yahvé. 

 En nuestro tiempo, lo que falta no es tanto el valor para hacer esa pregunta cuanto el valor para esperar una respuesta. Hay bastantes hombres, algunos grandes, que piensan que la única postura auténtica es la franca aceptación de la desesperanza ante la vida.  Quizá una razón por la que Sartre toma esta posición es que percibe que los cristianos siempre se dan a sí mismos una respuesta cómoda a una pregunta desesperada que no tienen el valor de hacer: en cuyo caso nuestra alegre aceptación de la respuesta no sea nada edificante.  

San Gregorio Magno dijo que todos los cristianos deberían continuar la misión profética de Juan señalando la presencia de Cristo en el mundo. Eso puede significar cosas diferentes. Juan supo señalar a Cristo en el Jordán, en un momento de plenitud, que dio significado a toda su vida. Pero Juan también hubo de dar testimonio de Cristo en la prisión, frente a la muerte, en el fracaso, cuando hasta el significado de su otro momento glorioso parecía haber quedado borrado


Así también, a veces quizá seamos capaces de señalar a Cristo al mundo en momentos en que todos podemos distinguir claramente en la historia alguna confirmación del mensaje cristiano. Pero sigue en pie el hecho de que nuestra tarea es buscar y encontrar a Cristo en nuestro mundo tal como es y no como podría ser.  El hecho de que el mundo sea diferente de lo que podría ser no altera la verdad de que Cristo está presente en él, y que Su plan no ha fracasado ni cambiado: en efecto, todo se hará conforme a Su voluntad. 

 Nuestro Adviento  es la celebración de esa esperanza. Lo que es incierto no es la venida de Cristo sino nuestra acogida a Él, nuestra respuesta a Él, nuestra docilidad y capacidad de salir a Su encuentro. Hemos de estar dispuestos a verle y a aclamarle, como hizo Juan, aun en el mismo instante en que todo el trabajo de nuestra vida y todo su significado, parecen derrumbarse. 

 En efecto, cosa aún más temible, la misma Iglesia quizá sea llamada algún día a señalar al Redentor victorioso y Rey de los tiempos en medio del derrumbamiento de todo lo que ha edificado laboriosamente la devoción de siglos y culturas, con sincera intención de que fuera cristiano

 El Advenimiento de Cristo en la historia no está esencialmente vinculado al desarrollo y progreso de una civilización cristiana. La cristiandad es y ha sido una gran cosa, pero nunca ha sido un bien absoluto y sin matizar, ni un bien en sí mismo. La cristiandad no es el cristianismo. No es el Reino y no es el Cristo místico.

Nuestro Adviento no es una celebración de valores tradicionales meramente culturales, por grandes y dignos de perpetuación que sean. El Adviento no es un mero retorno, una repetición, una renovación de lo antiguo. No puede ser un regreso a la infancia, personal o social. La venida del Señor, que es lo mismo que Su "presencia", es la venida de lo nuevo, no la renovación de lo viejo, y la Historia Sagrada es como el río de Heráclito en que nadie se baña dos veces".

Thomas Merton
"Tiempos de Celebración"
(Adviento:¿esperanza o engaño?)


miércoles, 11 de diciembre de 2019

THOMAS MERTON HABLA DE SAN JUAN DE LA CRUZ

“Fuera de su nativa España, San Juan de la Cruz nunca fue un santo muy popular. Su doctrina es considerada como “difícil”, y le exige a los demás la misma austeridad intransigente que él practicó durante su vida entera. Sin embargo, un estudio más ceñido a su doctrina…, probaría que San Juan de la Cruz poseía todo el equilibrio, la prudencia y la “discreción” que caracteriza a la más elevada santidad. No es un fanático aplicado a sobrecargar a sus subordinados con fardos insoportables que acabarían por reducirlos a ruinas morales y físicas. Las exigencias que formula son inflexibles en lo esencial pero flexibles en sus aspectos accidentales. Su único propósito consiste en situar al hombre entero, cuerpo y alma, bajo la guía del Espíritu de Dios. En la práctica, San Juan de la Cruz se opuso inexorablemente al formalismo y la inhumanidad de quienes comparaba con “herreros espirituales” que martillaban violentamente las almas de sus víctimas para hacerlas calzar en algún modelo convencional de perfección ascética. Sabía muy bien que este tipo de ascetismo era uno de los más defectuosos, porque a menudo era una manifestación de incorregible orgullo espiritual. La claridad y la lógica de este carmelita español, sumada a su insuperable y experimentado conocimiento de las cosas de Dios, lo sitúan de lejos como uno de los más grandes y más confiables de todos los teólogos místicos”.

Ascenso a la Verdad”, páginas 320-323
Thomas Merton
Ed. Lumen

martes, 10 de diciembre de 2019

LA LEY DEL AMOR (AMISTAD EN MERTON)

En Conjeturas de un espectador culpable, una de las obras más reflexivas de Merton se lee el pasaje siguiente: 

"Las demandas de la Ley de Amor son progresivas. Empezamos por amar la vida misma, por amar la supervivencia a toda costa. Pero la demanda más importante de la Ley de Amor es que amemos libremente. Se nos manda elegir nuestro objeto de amor, y no sencillamente amar cualquier objeto que nos pongan delante... Nuestra elección se sujeta a ciertas posibilidades definidas. Pero, sin embargo, podemos y debemos elegir amar a los hombres que encontramos de hecho, sea como amigos o como hombres amados a pesar de su hostilidad". 

De hecho parece ser que esta fue la conducta que Merton “elaboró” a lo largo de su vida sobre la amistad, y le llevó a una conclusión realmente sorprendente, que explica su vida de relaciones con personas de toda índole, personas que le acompañaban en su búsqueda espiritual y le ayudaron a encontrar también lo que él más deseaba: 

"Si el fundamento más profundo de mi ser es el amor, entonces en ese mismo amor, y en ningún otro lugar me encontraré a mí mismo y al mundo, a mi hermano y a Cristo...No es cuestión de “exclusivismos y pureza”, sino de integridad, buen corazón, que encuentra el mismo fundamento de amor en todo”. 

Merton, sin haber escrito específicamente sobre la amistad ni haber dedicado a este tema algún capítulo de sus libros, fundamenta en este párrafo lo que en él había de capacidad para la amistad, por una parte desde el punto de vista espiritual; y, por otra, desde el punto de vista de buscador de la verdad. Por eso se sirvió de esa capacidad innata y elaborada para ponerse en contacto con un enorme número de personas con las que, en la mayoría de los casos, llegó a una profunda amistad.

Francisco Rafael de Pascual, ocso 
Tomado de: "Teresa de Jesús y Thomas Merton".

lunes, 9 de diciembre de 2019

AGRADECER: LA ÚNICA RESPUESTA.

Leo este pasaje de Thomas Merton (de 1968, junio):

 “Parece que todos tenemos que afrontar una tristeza tras otra. Pero no olvidemos la esperanza que la fe nos da. Dios es nuestra fuerza, y ningún tipo de fe debería impedirnos comprenderlo. Por el contrario, la aflicción debería ayudarnos a profundizar y confirmar nuestra confianza. Es una vieja historia, pero en la medida en que me concierne, es a la que siempre volvemos. No hay otra”. 

Y luego, en un pasaje de sus diarios correspondiente a diciembre de 1964, en un momento en que toma consciencia de sí mismo y de lo que ha recibido de Dios, escribe: 

De repente me impactó, por así decirlo, el conjunto completo del significado de todo: que la inmensa misericordia de Dios estaba sobre mí, que el Señor en su infinita bondad me había mirado y me había dado esta vocación por amor, y que desde siempre había proyectado hacerlo, y qué necios y triviales habían sido todos mis miedos y mi desesperación… La única respuesta es salir de uno mismo con todo lo que es, que es nada, y derramar esa nada en gratitud a que Dios es quien es”.

jueves, 5 de diciembre de 2019

LA MEJOR RELIGIÓN...

Jesús era un maestro de las parábolas. En el caso de Mateo 7, 21. 24-27, la parábola pregunta, al que lee o escucha, por los cimientos en que está apoyando su existencia, y que marcan el contraste entre la "apariencia" y la "solidez". 

Para Jesús, confirmado además en otra parábola, la del Buen Samaritano, hay un camino para encontrarse con Dios que no pasa por el templo.  Dicho brevemente: Jesús, en la línea de la mejor tradición profética judía, sitúa la ética por encima de la religión (La ortopraxis por encima de la ortodoxia). 

"La mejor religión es la que hace mejores personas", afirmó en una ocasión el Dalai Lama. Podría decirse de otro modo: la religión es saludable cuando se vive al servicio de la persona y de la espiritualidad (entendiendo por espiritualidad aquella dimensión básica y fundamental del ser humano que posibilita la plenitud de la vida). Por el contrario, cuando se absolutiza, olvidando que es solo un instrumento siempre relativo, se hace dogmática, indigesta y peligrosa, llegando incluso a pervertirse. 

"No es el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre", proclamó Jesús. Lo mismo vale para la religión.  En el mejor de los casos, la religión es como un mapa que nos ayuda a descubrir y fortalecer la "roca" sobre la cual construir nuestra casa. Pero la roca es solo una: el núcleo último de todo lo que es, aquello que constituye nuestra identidad única, sobre la que podemos siempre descansar.

( Extracto de un texto de: Enrique Martínez Lozano)

martes, 3 de diciembre de 2019

EL SEGUNDO ADVENIMIENTO


En TIEMPOS DE CELEBRACIÓN, Thomas Merton dedica un capítulo a "El sacramento del Adviento en la espiritualidad de San Bernardo". De él tomo el texto que comparto a continuación, en el que habla de tres Advenimientos o venidas de Cristo, resaltando la segunda, la del tiempo presente:


Los tres Advenimientos de Cristo son el cumplimiento de la Pascua Christi...pero el segundo, en cierto sentido, es el más importante para nosotros. El "segundo Advenimiento", por el que Cristo está presente en nuestras almas, ahora, depende de nuestro reconocimiento presente de su pascha o transitus, el paso de Cristo por nuestro mundo, a través de nuestras vidas.


Meditando sobre los Advenimientos pasado y futuro, llegamos a reconocer el Advenimiento presente que tiene lugar en cada momento de nuestra vida terrenal como caminantes.  Tomamos conciencia del hecho de que cada momento del tiempo es un momento de juicio, de que Cristo pasa y somos juzgados por nuestra conciencia de su paso. Si nos unimos a Él y viajamos con Él hacia el Reino, el juicio se hace salvación para nosotros. Pero si le despreciamos y le dejamos pasar, nuestro descuido es nuestra condenación. 

 La meditación sobre el primer Advenimiento nos da esperanza de la promesa que se nos ha ofrecido. El recuerdo del tercero nos invita a temer, no sea que por culpa nuestra no sepamos recibir el cumplimiento de esta promesa. El segundo advenimiento, el presente, situado entre esos dos términos, es, por tanto, necesariamente un tiempo de angustia, un tiempo de conflicto entre miedo y gozo. ¡Pero esa es una batalla saludable! Acaba en salvación y victoria, porque purifica todo nuestro ser.


El Advenimiento medio es más un tiempo de consuelo que de sufrimiento, si reflexionamos que ahí también viene Cristo realmente a nosotros, y se nos da realmente, de modo que ya poseemos nuestro cielo en esperanza. Este advenimiento medio es el camino por donde pasamos del primero al tercero. En el primero, Cristo fue nuestra redención; en el último, aparecerá como nuestra vida. En este actual, mientras dormimos entre las tierras (en nuestra herencia) Él será nuestro descanso y nuestro consuelo.

 No hay nada inactivo en este sueño. Sin duda esto puede significar quietud, tinieblas y vacío para nuestra actividad natural. Pero en esa "tiniebla" Dios viene a nosotros y actúa misteriosamente desde dentro de nosotros en espíritu y en verdad, para que el fruto de Su obra se haga manifiesto en el tercer Advenimiento cuando llegue en gloria y majestad.

Thomas Merton
Tiempos de Celebración

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.