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viernes, 30 de junio de 2023

PARA SER DISCÍPULO...

"Con gran ingenuidad pensamos que el camino espiritual es transitado por «los buenos». Nada de eso: no necesitan de salud los sanos – asegura Jesús – , sino precisamente los enfermos. Nadie emprendería un camino de búsqueda espiritual si no fuera consciente, al menos en parte, de que su alma está afligida por alguna enfermedad. ¿Enfermedad? (Yo diría también: alguna carencia, algún anhelo) ¿Qué enfermedad? Nuestro cuerpo y nuestra mente nos revelan que hay algo que no funciona: nos falta espíritu. Para ser discípulo basta tomar consciencia de esta carencia, escuchar la llamada a crecer y, en fin, ponerse a caminar ("Sal de tu tierra... "Conviértete"). Ningún fallo es un verdadero obstáculo si existe el deseo honesto de superarlo (La "determinada determinación" de Santa Teresa) .

Un camino espiritual es un conjunto de pautas o consignas que orientan la transición desde un origen oscuro, o al menos insatisfactorio, hasta una meta luminosa, enseñando cómo superar las dificultades o trabas que se puedan presentar. Un camino espiritual es bueno si nunca pierde de vista ni el horizonte último al que tiende ni el paso siguiente que debe darse para ir a él: ambos polos deben permanecer siempre unidos, pues sólo esta unión es la que conforma un camino. La función del maestro espiritual es mostrar al discípulo que ese horizonte lo tiene dentro (que es su verdadera identidad) y que el siguiente paso que debe dar para alcanzarlo lo tiene ante sus ojos, al alcance de la mano".

Pablo de Ors

Biografía de la luz.

(Con algunos añadidos)

miércoles, 28 de junio de 2023

MEDITAR (ESPÍRITU DE PRINCIPIANTE)

"Comencé a sentarme a meditar en silencio y quietud por mi cuenta y riesgo, sin nadie que me diera algunas nociones básicas o que me acompañara en el proceso. La simplicidad del método —sentarse, respirar, acallar los pensamientos…— y, sobre todo, la simplicidad de su pretensión —reconciliar al hombre con lo que es— me sedujeron desde el principio. Como soy de temperamento tenaz, me he mantenido fiel durante varios años a esta disciplina de, sencillamente, sentarse y recogerse; y enseguida comprendí que se trataba de aceptar con buen talante lo que viniera, fuera lo que fuese.

Durante los primeros meses meditaba mal, muy mal; tener la espalda recta y las rodillas dobladas no me resultaba nada fácil y, por si esto fuera poco, respiraba con cierta agitación. Me daba perfecta cuenta de que eso de sentarse sin hacer nada más era algo tan ajeno a mi formación y experiencia como, por contradictorio que parezca, connatural a lo que en el fondo yo era. Sin embargo, había algo muy poderoso que tiraba de mí: la intuición de que el camino de la meditación silenciosa me conduciría al encuentro conmigo mismo tanto o más que la literatura, a la que siempre he sido muy aficionado.

Para bien o para mal, desde mi más temprana adolescencia he sido alguien muy interesado en profundizar en mi propia identidad. Por eso he sido un ávido lector. Por eso cursé Filosofía y Teología en mi juventud. El peligro de una inclinación de este género es, por supuesto, el egocentrismo; pero gracias al sentarse, respirar y nada más, comencé a percatarme de que esta tendencia podía erradicarse no ya por la vía de la lucha y la renuncia, como se me había enseñado en la tradición cristiana, a la que pertenezco, sino por la del ridículo y la extenuación. Porque todo egocentrismo, también el mío, llevado a su extremo más radical, muestra su ridiculez e inviabilidad. De pronto, gracias a la meditación, incluso el narcisismo mostraba un lado positivo: gracias a él, podía perseverar yo en la práctica del silencio y de la quietud. Y es que hasta para el progreso espiritual es preciso tener una buena imagen de sí mismo".

Es el primer capítulo de Biografía del silencio, de Pablo de Ors; disposición exterior e interior para iniciar la meditación. 

lunes, 26 de junio de 2023

EL PODER DEL GESTO PURO

 

"Un día una mujer me preguntó: ¿cómo se ha de orar? A mi vez, yo la interpelé: ¿puede usted ponerse de rodillas? Esta pregunta tocó en ella alguna fibra sensible y me repuso un tanto irritada: ¿qué quiere decirme con eso?. Es muy simple -respondí- para orar, arodíllese ante su cama y abandónese. Visiblemente sobresaltada, se levantó y salió sin siquiera despedirse. 

 Al día siguiente vino a verme y me contó que cuando se marchó, después de haber recibido una especie de choque destructor, echó a correr y correr, cada vez más deprisa. Que al llegar al hotel subió la escalera de dos en dos y que al entrar en su habitación echó el cerrojo y se arodilló. "En ese mismo instante -me contaba- un algo se apoderó de mí".

 No sabía "lo" que le había sucedido ni como "aquello" le había llegado, pero lo que estaba muy claro es que en aquella postura ella se había sentido como totalmente abandonada, liberada, cobijada. Sí, aquella mujer ahora comprendía. Ese es el poder del gesto puro".

Karlfried Graf Dürckheim

Práctica del camino interior

viernes, 23 de junio de 2023

CARNE Y ESPÍRITU

Puede ser sugerente para comprender la visión de la santidad de TM su explicación acerca de los términos “carne” y “espíritu
[1]

La carne es un término genérico no solo para referirse a la vida corporal (pues de hecho, el Espíritu santifica alma y cuerpo), sino sobre todo para la vida “mundana”. La “carne” incluye no sólo la sensualidad y el libertinaje, sino también el conformismo, las acciones fundadas en el mero respeto humano, o en el convencionalismo social. Obedecemos a la “carne” cuando seguimos las normas del prejuicio, la complacencia, el fanatismo, el orgullo de casta, la superstición, la ambición o la codicia. También la santidad aparente, basada en la hipocresía y no en la sinceridad del corazón. Cuando incluso, acciones heroicas, van más a conseguir la admiración de otros que a alabar a Dios y buscar el bien. 

 Actuar según las leyes del “espíritu” es otra cosa: es ir por los caminos de la paz y la vida; por los caminos de la humildad y del amor. El espíritu habla desde un recóndito lugar interior, inaccesible a la “carne”. La “carne” es nuestro falso yo, lo más externo; el “espíritu”, nuestro yo verdadero, nuestro ser más íntimo, que está unido a Dios en Cristo. En ese santuario interior coinciden nuestra voz interior, la voz de la conciencia y la voz del Espíritu. 

Así, nuestra vida cristiana es vida de unión con el Espíritu Santo y de fidelidad a la voluntad divina en las profundidades de nuestro ser. Aceptar lo que somos, porque es lo que Cristo ha querido asumir, para transformar y santificar según su propia imagen y semejanza[2].


[1] Terminología paulina. El apóstol nos pide que “caminemos no según la carne, sino según el espíritu”.


[2]Resistir a la carne” significa por tanto: entender la presencia del mal dentro de nosotros, y estar tranquilos, afrontándolo con objetividad y paciencia, confiados en la gracia de Cristo. Cuando estamos unidos a Cristo, aunque pueda haber tendencias perversas en acción (semillas y raíces de muerte de nuestra vida pasada) el Espíritu Santo nos concede la gracia de resistir, y nuestra voluntad de amar y servir a Dios, a pesar de esas tendencias, ratifica su acción vivificadora.

(Tesina sobre la santidad en Thomas Merton)
Fray Manuel de Jesús, ocd

jueves, 22 de junio de 2023

DESCUBRIR NUESTRA IDENTIDAD EN DIOS

"Nuestra vocación no consiste simplemente en ser, sino en trabajar junto con Dios en la creación de nuestra vida, nuestra identidad, nuestro destino. Esto significa que no debemos existir pasivamente, sino participar activamente en Su libertad creadora, en nuestra vida y en la vida de los otros, eligiendo la verdad. 

O, mejor dicho, somos llamados incluso a compartir con Dios la obra de crear la verdad de nuestra identidad. Podemos eludir esta responsabilidad jugando con máscaras, y esto nos agrada, porque a veces puede parecer una manera libre y creadora de vivir. Resulta muy fácil, según parece, agradar a todos. Pero, a largo plazo, el precio que debemos pagar y el sufrimiento son muy elevados.

 Descubrir nuestra identidad en Dios o, como dice la Biblia, «trabajar por nuestra salvación», es una tarea que requiere sacrificio y angustia, riesgo y muchas lágrimas. Exige una atención constante a la realidad en todo momento y una gran fidelidad a Dios cuando se revela, oscuramente, en el misterio de cada nueva situación

Nosotros no conocemos con claridad y de antemano cuál será el resultado de este trabajo. El secreto de mi plena identidad está escondido en Dios. Sólo él puede hacer de mí la persona que yo soy o, mejor, la que seré cuando al fin comience a ser plenamente. Pero si no deseo esta identidad y no trabajo con Él y en Él para encontrarla, la obra nunca será realizada. La manera de hacerlo es un secreto que sólo Dios puede enseñarme. No hay forma alguna de conocer este secreto sin fe. Mas la contemplación es el don mayor y más precioso, ya que me permite ver y comprender la obra que Dios quiere que haga".

Thomas Merton

viernes, 16 de junio de 2023

COSAS DE MUJERES

"El hombre norteamericano es la mitad de un ser humano, con su masculinidad sobrevalorada. Piensen ustedes en las cosas que un hombre no puede permitirse hacer porque son cosas de mujeres. No se le permite tener sentimientos tiernos o bondadosos. Tiene que tratar de no parecer puntilloso con la limpieza. A un hombre, supuestamente, no le importa mucho la vida de los animales o de las plantas: esas son preocupaciones sentimentales. Un árbol vale tantos dólares; así que se tala y se vende. Y los animales solo existen para la caza. Para ser un hombre hay que ser un poco destructivo e insensible, no dejarse llevar por los sentimientos, porque son cosas de mujeres".

Thomas Merton
Los manantiales de la contemplación

CONOCER A DIOS

"Dios no es alguien a quien hemos de conocer por medio del análisis o el razonamiento. Si consideramos que la esencia de la realidad es una cosa personal, hallaremos a Dios como lo más personal del conjunto. Sólo podemos conocer a Dios por la intuición del amor o la fe. Por lo tanto, quienes decimos que no conocemos a Dios, sino que tan sólo lo amamos y creemos en El somos los que más cerca estamos de conocerlo".

Kitaro Nishida
(Citado por Thomas Merton en : El zen y los pájaros del deseo".

viernes, 2 de junio de 2023

ANTE EL CRISTIANISMO CULTURAL

 
"A mí, como creyente en Cristo, me desconcierta la afirmación de que los ateos, los musulmanes y los budistas deberían aceptar sin problemas la cruz porque forma parte de nuestra cultura. Me desconcierta casi tanto como ver a políticos no creyentes en una celebración eucarística –por ejemplo con motivo de los llamados «funerales de Estado» o de las fiestas patronales– y, para mayor oprobio, ocupando un lugar de honor. En mi humilde opinión, la secularización interna de la Iglesia –que los obispos critican con toda razón– no es consecuencia solamente del reduccionismo ético de la fe o de las propuestas teológicas deficientes, sino también de esa complacencia ante el cristianismo cultural.

Es sabido que los primeros cristianos, practicando la llamada «ley del arcano», ocultaron los sacramentos a la mirada de quienes eran incapaces de venerarlos. Incluso los catecúmenos, una vez terminada la liturgia de la Palabra, debían abandonar el templo. Me gustaría que los cristianos actuales sintiéramos, como ellos, un poco de «pudor metafísico». Como decía Metz, «la misma sociedad profana conoce algo denominado protección de datos. Al parecer, la Iglesia no conoce algo así como protección del misterio».

En todo caso, yo estaría dispuesto a admitir –un poco a regañadientes– la presencia del crucifijo entre los incrédulos poscristianos cuando evoque para ellos valores humanos. Pero lo que ya me resulta absolutamente incomprensible es que queramos mantenerlo entre quienes provoca resonancias negativas y piden expresamente su retirada. En tales casos deberíamos más bien preguntarnos con preocupación qué hemos hecho los cristianos para que el crucifijo provoque en ellos semejante repulsa".

Luis González-Carvajal
Cristianos sin Iglesia
(Revista Concilium 340 (abril 2011)

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.