Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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sábado, 19 de julio de 2025
EL ESPÍRITU DE LA VERDAD ES EL ESPÍRITU DE LA NO VIOLENCIA
miércoles, 10 de marzo de 2021
UNA VENTANA PARA VER A DIOS (Henri Nouwen habla de Thomas Merton)
lunes, 16 de julio de 2018
UN AUTÉNTICO MINISTRO.
domingo, 10 de diciembre de 2017
MERTON: DE SUS PALABRAS FINALES.
miércoles, 22 de noviembre de 2017
EL AHORA VS LO ETERNO: UNA OPINIÓN.
jueves, 30 de julio de 2009
Thomas Merton y Henri Nouwen.

[1] M. FORD, Henri Nouwen. El profeta herido, Santander, Sal Terrae, 1999, 177.
martes, 18 de marzo de 2008
La oración "inútil".
La respuesta es porque Dios es más grande que mi mente y mi corazón, y lo que realmente está pasando en la casa de oración no se puede medir en términos de éxito o fracaso humanos.
Lo que debo hacer primero es ser fiel. Si creo que el primer mandamiento es amar a Dios con todo mi corazón, mente y alma, entonces, debería, por lo menos, pasar una hora al día sólo con Dios. La pregunta sobre si es útil, si ayuda, si es práctico o fructífero, es completamente irrelevante, ya que la sola razón para amar es el amor mismo. Todo lo demás es secundario.
Lo extraordinario es, sin embargo, que sentándome en la presencia de Dios durante una hora cada mañana, día a día, semana tras semana, mes tras mes, en total confusión y con una miríada de distracciones, cambia radicalmente mi vida. Dios, que me ama tanto que mandó a su único hijo no a condenarme sino a salvarme, no me deja esperando en la oscuridad por mucho tiempo. Podría pensar que cada hora es inútil pero, después de treinta o sesenta o noventa de esas inútiles horas, gradualmente me doy cuenta de que no estaba tan solo como pensaba: una voz muy pequeña y suave ha estado hablando conmigo, mucho más allá de mi lugar ruidoso.
Por lo tanto, ten confianza y espera en el Señor”.
Henri Nouwen.
“Camino a casa”
miércoles, 12 de marzo de 2008
La buena nueva de la pasión.

Es importante para mí darme cuenta de que Jesús cumple su misión no por lo que hace, sino por lo que le hacen. Como para todos, la mayor parte de mi vida está determinada por lo que se me hace y, por tanto, es pasión. Y porque la mayor parte de mi vida es pasión, cosas que se me hacen, sólo partes pequeñas de mi vida están determinadas por lo que pienso, digo o hago. Tiendo a protestar por esto y a querer que todo sea acción, originada por mí. Pero la verdad es que mi pasión es una parte mucho más grande de mi vida, que mi acción. No reconocerlo sería autoengaño, y no abrazar mi pasión con amor sería auto rechazo.
Es una buena nueva saber que Jesús es entregado a la pasión, y que a través de su pasión cumple su tarea divina en la tierra. Es una buena nueva para un mundo que busca con pasión su integridad. La transición de Jesús de la acción a la pasión también debe ser la nuestra, si queremos seguir su camino; También yo debo permitir ser”entregado” y, de esta forma, cumpliré mi vocación”.
Henri Nouwen.
“Camino a casa”.
Viajar a la otra orilla.
Sonrisas que despuntan entre lágrimas.
“Morir es un empequeñecerse gradual y la desaparición final sobre el horizonte de la vida. Cuando observamos un barco a vela que sale del puerto y se dirige hacia el horizonte, cada vez se va haciendo más pequeño, hasta que lo perdemos de vista. Pero podemos confiar en que hay alguien parado en alguna costa lejana que ve al mismo barco que se va haciendo más grande hasta que llega a su nuevo puerto. La muerte es una pérdida dolorosa. Cuando volvemos a nuestras casas después de un entierro, nuestros corazones están llenos de tristeza. Pero cuando pensemos en Aquel que está en la otra orilla, esperando con anticipación para dar la bienvenida a nuestro querido amigo a su nuevo hogar, una sonrisa podrá atravesar nuestras lágrimas”.
Henri Nouwen.
martes, 5 de febrero de 2008
Carta de Cuaresma.

Mañana comienza el tiempo de Cuaresma. Es un tiempo para estar contigo de una forma especial, un tiempo para orar, para ayunar y, de esta forma, seguirte en tu camino a Jerusalén, al Gólgota, y a la victoria final sobre la muerte.
Estoy, todavía, tan dividido. Verdaderamente quiero seguirte, pero también quiero seguir mis propios deseos, y prestar atención a las voces que hablan de prestigio, éxito, respeto humano, placer, poder e influencia. Ayúdame a ser sordo a estas voces y a estar más atento a tu voz que me llama a elegir el sendero angosto hacia la vida.
Sé que la Cuaresma va a ser un tiempo muy difícil para mí. La elección de tu camino debe hacerse en cada momento de mi vida. Tengo que elegir los pensamientos que sean tus pensamientos, las palabras que sean tus palabras y las acciones que sean tus acciones. No hay lugares ni momentos sin elecciones. Y sé cómo me resisto profundamente a elegirte.
Por favor, Señor, quédate conmigo en todo momento y en todo lugar. Dame la fuerza y el coraje de vivir esta temporada fielmente, de manera que, cuando llegue la Pascua, pueda experimentar, con alegría, la nueva vida que has preparado en mí.
Amén”.
Henri Nouwen, 11 de febrero de 1986.
domingo, 27 de enero de 2008
Libro de Henri Nouwen.

«Cuando tropecé por primera vez con la expresión de Nouwen "movilidad descendente" -dice Philip Yancey-, me impresionó por su radicalidad,por ir a contracorriente y por su profunda verdad. La rememoración del mensaje de Jesús que hace Nouwen va en contra de casi todo lo que supone la vida moderna, pero ignorarlo ha llevado a la mayor parte delos urgentes problemas que afrontamos: el calentamiento global, la pobreza y la profunda sensación de alienación. Puede que no sea demasiado tarde para cambiar, y Henri Nouwen ha mostrado el camino. Ilustrado con dibujos de Vincent van Gogh, el estilo desinteresado de Cristo es una inspiradora guía para todos cuantos siguen o desean seguir el camino del discipulado.
sábado, 26 de enero de 2008
Videntes.

¿Qué es lo que nos ciega? Merton dice que nuestras ilusiones. Si hay una palabra que Merton utiliza repetidamente y con una cierta predilección es la palabra ilusión. Podríamos decir que es un especialista en ilusiones, no porque tratara de sostenerlas, sino porque procuró desenmascararlas. Las ilusiones que Merton estudia se resumen perfectamente en las dos siguientes: la ilusión de que podemos conocernos a nosotros mismos y la ilusión de que podemos conocer a Dios.
La primera ilusión, que podemos conocernos a nosotros mismos, nos pone en camino hacia una búsqueda frenética de nuestro yo a través de la autosatisfacción, la autorrealización y la autoactualización. Es la ilusión en la que nos volvemos tan interesados por una identidad adquirida por nosotros mismos que nos preocupamos constantemente por cómo hacemos las cosas en comparación con otros, y nos obsesionamos por distinguirnos de los demás. Es la ilusión que nos pone en el camino de la competitividad, la rivalidad y, finalmente, la violencia. Es la ilusión que nos hace luchar por nuestro lugar en el mundo incluso a costa de los demás. Esta ilusión lleva a algunos de nosotros a un nervioso activismo, alimentado por la creencia de que somos el resultado de nuestro trabajo. Esta misma ilusión lleva a otros a la introspección morbosa que nace del supuesto de que somos nuestros sentimientos y emociones más profundos.
La segunda ilusión es que podemos conocer a Dios, que podemos decir con precisión quién es Dios y cuál es su voluntad para nosotros y para los demás. Esta es la gran ilusión que nos pone en camino hacia la autojustificación y la opresión. Es la ilusión que hace que los blancos piensen que saben qué es lo mejor para los negros, que los ricos piensen que saben qué es lo mejor para los pobres, y que los hombres piensen que saben qué es lo mejor para las mujeres. Es la ilusión del control, la ilusión de que somos dueños de nuestro propio destino, y que por tanto, podemos ejercer un poder ilimitado y exigir obediencia incondicional. Es la ilusión que lleva a Auschwitz, Hiroshima y Jonestown”.
“La llamada de Thomas Merton a la contemplación y a la acción”, sermón predicado por Henri Nouwen, en New York, 10 de diciembre de 1978, décimo aniversario de la muerte de Merton.
viernes, 25 de enero de 2008
Thomas Merton y Henri Nouwen.

“Mientras reflexiono hoy sobre mi vida, me siento realmente, como el menor de todos los hombres santos de Dios. Mirando hacia el pasado, tomo conciencia de que todavía lucho con los mismos problemas que tenía el día de mi ordenación, hace veintinueve años. A pesar de mis muchas oraciones, mis períodos de retiro, y el consejo de muchos amigos, consejeros y confesores, he cambiado muy poco, si es que algo he cambiado, en mi búsqueda de paz y unidad interior. Soy la misma persona inquieta, nerviosa, intensa, distraída e impulsiva que era cuando comencé este viaje espiritual. A veces, esta obvia falta de madurez interna me deprime mientras estoy llegando a mis años “maduros”.
Pero tengo una fuente de consuelo. Más que nunca, deseo proclamar “las riquezas inconmensurables de Cristo” y echar luz “sobre el trabajo interno del misterio mantenido oculto en Dios, a través de los tiempos”. Este deseo se ha vuelto más intenso y urgente. Quiero hablar de las riquezas de Cristo mucho más que cuando fui ordenado en 1957. Quiero, realmente, hablar alto y claro acerca de las riquezas de Cristo. Lo quiero hacer simple, directa, claramente, y con una convicción profundamente personal. Aquí siento que algo ha crecido en mí. Aquí tengo la sensación de que no soy la misma persona que fui hace veintinueve años”.
Henri Nouwen. 24 de enero de 1986.
“Camino a casa. Un viaje espiritual”. Lumen.
jueves, 17 de enero de 2008
Mirar a los otros en Comunidad

La comunidad de fe nos recuerda continuamente lo que está sucediendo realmente en el mundo y en nuestra vida. La liturgia y el leccionario de la Iglesia (oraciones, ritos y pasajes de la Escritura utilizados habitualmente, así como el calendario que sigue la vida cristiana a lo largo del año) desarrollan para nosotros, por ejemplo, la plenitud del acontecimiento Cristo. Cristo va a llegar, Cristo ha nacido, Cristo se manifiesta al mundo, Cristo sufre, Cristo muere, Cristo es resucitado, Cristo asciende al cielo, Cristo envía el Espíritu.
No son acontecimientos que tuvieron meramente lugar hace mucho tiempo y que recordamos ahora con una cierta melancolía, sino que tienen lugar en la vida cotidiana de la comunidad cristiana. En la vida de Cristo y a través de ella, recordada en la comunidad y en el culto, Dios nos da a conocer su presencia activa. La Iglesia dirige nuestra atención a los acontecimientos divinos subyacentes a la Historia, permitiéndonos dar sentido a nuestra propia historia.
Escuchar a la Iglesia es escuchar al Señor de la Iglesia. Esto significa, en concreto, tomar parte en la vida litúrgica de la Iglesia. Cuanto más permitamos que nos informen los acontecimientos de la vida de Cristo, tanto más capaces seremos de conectar nuestra propia historia cotidiana con la gran historia de la presencia de Dios en nuestra vida.
La disciplina de la Iglesia como comunidad de fe funciona como nuestro director espiritual, dirigiendo nuestro corazón y nuestra mente a Aquel que hace nuestra vida verdaderamente plena de acontecimientos. Reunirse con un director espiritual proporciona una experiencia interpersonal de la comunidad cristiana y permite que la conversión verse acerca de cómo nuestra vida individual es parte de la gran historia evolutiva del pueblo de Dios.
Henri Nouwen.
miércoles, 2 de enero de 2008
La disciplina del corazón.
La primera y más esencial práctica espiritual que un director espiritual debe recomendar es la Disciplina del corazón. La introspección y la oración contemplativa es la antigua disciplina por la que empezamos a ver a Dios en nuestro corazón. La oración interior es atención cuidadosa a Aquel que habita en el centro mismo de nuestro ser. Mediante la oración, nos despertamos al Dios que está en nosotros. Con práctica, permitimos a Dios entrar en nuestros latidos y nuestra respiración, en nuestros pensamientos y emociones, en nuestro oído, nuestra vista, nuestro tacto y nuestro gusto, y en cada partícula de nuestro cuerpo. Permaneciendo despiertos a Dios, podemos verlo cada vez mejor en el mundo que nos rodea.
La disciplina del corazón nos hace conscientes de que orar no consiste simplemente en escuchar, sino en escuchar con el corazón. La oración nos ayuda a estar en presencia de Dios con cuanto somos y tenemos: nuestros miedos y ansiedades, nuestra culpa y nuestra vergüenza; nuestras fantasías sexuales,; nuestra avaricia y nuestra ira; nuestras alegrías, éxitos, aspiraciones y esperanzas; nuestras reflexiones, sueños y vagabundeos mentales; y, sobre todo, nuestra familia, nuestros amigos y nuestros enemigos; en suma, todo cuanto hace de nosotros lo que somos. Con todo esto tenemos que escuchar la voz de Dios y permitirle hablarnos en cada rincón de nuestro ser.
“Cada rincón de nuestro ser” incluye, obviamente, el cuerpo físico. De hecho, el corazón no es un simple órgano espiritual, sino el lugar secreto de nuestro interior donde nuestro espíritu, nuestra alma y nuestro cuerpo se reúnen en la unidad del yo. El corazón espiritual desencarnado no existe. Estamos llamados a amar a Dios y al prójimo con todo nuestro corazón, toda nuestra alma, toda nuestra mente y todas nuestras fuerzas (Lucas 10, 27)
Esto es difícil de hacer, dado lo temerosos e inseguros que somos. Nos ocultamos de Dios y de los demás. Tendemos a presentar a Dios y a los demás únicamente aquellos aspectos de nosotros con los que nos sentimos relativamente cómodos y que pensamos que suscitan una respuesta positiva. Por tanto, nuestra vida de oración se hace selectiva y limitada. Está claro que la disciplina del Corazón reclama una dirección que nos permita superar los temores, profundizar nuestra fe y comprender mejor quién es Dios para nosotros.
Preguntarse:
¿Cómo es tu vida de oración?
¿Cómo le concedes a Dios espacio en tu vida para que pueda hablarte?
Henri Nouwen, Dirección espiritual.
viernes, 28 de diciembre de 2007
Dirección espiritual.

“Dirección espiritual supone decidirse a dar cabida a Dios en nuestra vida, lo cual exige tiempo y compromiso. Cualquier práctica de la dirección espiritual proporciona la oportunidad de una amistad espiritual y el tiempo y la estructura, la sabiduría y la disciplina para crear en tu vida un espacio sagrado en el que Dios pueda actuar. Al crear un espacio sagrado, reservas una parte de ti e impides que tu vida se vea completamente repleta, ocupada o preocupada. La dirección espiritual proporciona la “dirección" de la casa de tu vida, a fin de que puedas ser “dirigido” por Dios en la oración. Cuando esto sucede, tu vida comienza a transformarse como jamás habías imaginado o previsto, porque Dios actúa de formas maravillosas y sorprendentes.
El propósito de la dirección espiritual es la formación espiritual, la capacidad cada vez mayor de vivir una vida espiritual desde el corazón. La vida espiritual no puede conformarse sin disciplina, práctica y cuenta de conciencia. Hay muchas disciplinas espirituales.
Prácticamente cualquier cosa que nos exija proceder con más calma y ordenar nuestro tiempo, así como nuestros deseos y pensamientos, con el fin de contrarrestar el egoísmo, la impulsividad o la confusión mental, puede ser una disciplina espiritual.
1- la disciplina del corazón
2- la disciplina del Libro
3- la disciplina de la Iglesia o comunidad de fe.
Juntas, estas prácticas espirituales nos ayudarán a superar nuestras resistencias a la escucha contemplativa y la obediencia activa a Dios, liberándonos para vivir una vida espiritual encarnada y plena”.
Henri Nouwen.
Nota: Otras disciplinas espirituales clásicas se subsumen en las tres disciplinas mencionadas por Nouwen, incluidas la pobreza o sencillez, la castidad, la obediencia, la estabilidad, el ayuno, la meditación, la contemplación, la comunidad, el servicio, la generosidad y muchas formas de oración interior.
jueves, 29 de noviembre de 2007
El amado de Dios.

Otras propuestas biográficas sobre Henri Nouwen:
1-“Henri Nouwen: Una incansable búsqueda de Dios”, de Jurgen Beumer. Lumen.
2- Escritos Esenciales. Henri Nouwen. (Incluye “El fuego del amado”, de Robert A. Jonas, extenso resumen biográfico y espiritual sobre Nouwen)
miércoles, 7 de noviembre de 2007
Gracias, Henri.2

“Sólo tengo una cosa clara. Hay que vivir bien cada día. ¡Qué verdad tan simple! Tengo que confiar en que la pizca de amor que siembro ahora producirá muchos frutos, aquí en este mundo, y en la vida futura”.
“He de ver los sacramentos como la entrada a una experiencia nueva del poder sagrado de lo ordinario”.
“No dejo de sorprenderme ante el hecho de comprobar las muchísimas personas que hay y las pocas que conozco. De repente me acomete la sensación de soledad y me siento perdido en la multitud, como un forastero en tierra extraña”.
“Tan importante es vivir bien como recordar bien lo que se ha vivido”
“Llevar una vida espiritual significa llevar todo mi ser a la morada que le pertenece”
Henri Nouwen.
lunes, 5 de noviembre de 2007
Gracias, Henri.

“No creo que tengamos que reprimir nuestras energías eróticas para llevar una vida ordenada. Tampoco creo que debamos olvidar toda disciplina u orden para entrar en contacto con las fuerzas salvajes de nuestra existencia. Pero sí que hace falta una concentración de esfuerzo para encontrar la única manera de llegar a ser personas íntegras”.
“El valor de la vida no depende de las horas, días o años que se vivan, ni tampoco del número de personas con las que uno se relacione, ni de la influencia que se tenga en la historia. El valor de la vida es la vida en sí misma”.
“Nuestros dones, por pequeños que parezcan, se hacen grandes cuando se reconocen como dones de Dios para el pueblo de Dios. Cuando nos refrenamos en la entrega, con una mentalidad de escasez, lo poco que tengamos se hace aún menos. Cuando damos con generosidad, con una mentalidad de abundancia, lo que entregamos se multiplica”.
“Creo personalmente que Jesús se encarnó para abrirnos la puerta de la casa de Dios, y todos los hombres pueden pasar por esa puerta, conozcan o no a Jesús”.
Henri Nouwen.
miércoles, 31 de octubre de 2007
La oración"inútil". Henri Nouwen.

Por Henry Nouwen
"Por qué debo pasar una hora en oración, cuando no hago durante ese tiempo más que pensar en la gente con la que estoy enojado, en la gente que está enojada conmigo, en los libros que tendría que leer, en los libros que tendría que escribir, y miles de cosas tontas que se apoderan de mi mente instantáneamente?
La respuesta es que Dios es más grande que mi mente y mi corazón, y lo que realmente está pasando en la casa de oración no se puede medir en términos de éxito o fracaso humanos.
Lo que debo hacer primero es ser fiel. Creo que el primer mandamiento es amar a Dios con todo mi corazón, mente y alma, entonces, debería, por lo menos, pasar una hora al día sólo con Dios. La pregunta sobre si es útil, si ayuda, si es práctico o fructífero, es completamente irrelevante, ya que la sola razón para amar es el amor mismo. Todo lo demás es secundario.
Lo extraordinario es, sin embargo, que sentándome en la presencia de Dios durante una hora a la mañana- día tras día, semana tras semana, mes tras mes -, en total confusión y con una miríada de distracciones, cambia radicalmente mi vida. Dios, que me ama tanto que mandó a su único Hijo no a condenarme sino a salvarme, no me deja esperando en la oscuridad por mucho tiempo. Podría pensar que cada hora es inútil pero, después de treinta o sesenta o noventa de esas inútiles horas, gradualmente me doy cuenta de que no estaba tan solo como pensaba: una voz muy pequeña y suave ha estado hablando conmigo, mucho más allá de mi lugar ruidoso.
Por lo tanto, ten confianza y confía en el Señor".
Henry Nouwen, "Camino a casa"
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.