Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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sábado, 30 de mayo de 2009
El camino por hacer.
viernes, 29 de mayo de 2009
¿RELIGIÓN Vs ESPIRITUALIDAD?
martes, 26 de mayo de 2009
TM sacerdote: "Probado por el fuego".
“Descubre entonces, en su contacto con el pueblo y con los demás sacerdotes, muchas cosas con las que no contaba. Algunas son alentadoras y otras no. En cualquier caso, enseguida empieza a crecer y a evolucionar, y a los pocos meses ya no es el frío y acaso engreído seminarista que fue hasta entonces. Ha empezado a aprender humildad y compasión en la escuela de las fatigas y los sinsabores”.[2]
El sacerdote, de cualquier manera, tiene que ser “probado”, ya esté en uno u otro sitio de la Iglesia, “tiene que ser purificado por el fuego”. ¿De qué se trata en concreto?
“Ese fuego es el de la caridad divina, en el cual su alma tiene que hacerse una con el alma de Cristo. El carácter del sacerdocio de Cristo, impreso en lo más hondo de su ser en el momento de la ordenación, ha de desarrollarse durante toda su vida. Cristo sacerdote, Cristo ofrecido a su Padre en la cruz, tiene que reflejarse en la vida del sacerdote, tiene que reflejarse a Sí mismo en las acciones del sacerdote”.[3]
Pero, si en el caso el sacerdote de vida activa, el crisol de la purificación es el amor a sus semejantes, en el caso de un sacerdote de vida contemplativa, que no ejerce un ministerio pastoral concreto, dice Merton, “el fuego por el que es purificado es el fuego de Dios, en la soledad”. A ese fuego se vio sometido entonces, de un modo tal, que usa la comparación bíblica de Jonás tragado por la ballena, y vomitado allí donde antes no quería ir, desoyendo la voz de Dios.
“Empezó a manifestarse en el fondo de mi alma un misterio que no sabía lo que era y que me llenaba de terror. No se me pregunte qué era. Pudiera explicarlo llamándolo “sufrimiento”. La palabra, empero, no es adecuada, porque sugiere dolor físico. No es esto en absoluto lo que quiero decir. Verdad es que mi salud había empezado a quebrantarse, pero en cualquier caso lo sucedido en ella no fue, en mi opinión, sino un efecto de ese algo impensable que se había desarrollado en las profundidades de mi ser. Insisto: no puedo explicarme en qué consistía. Era una especie de lenta conmoción abismal, que producía extrañas agitaciones en la visible superficie psicológica de mi vida”.[4]
[1] SJ, 261
[2] SJ, 261
[3] Ib.
[4] SJ, 262.
[5] R. CAO MARTÍNEZ, Thomas Merton, Salamanca, Sinergia, 2008, 74.
[6] SJ, 262.
lunes, 25 de mayo de 2009
Ser santo no es renunciar a lo humano.
sábado, 23 de mayo de 2009
Ascender y descender.
IGLESIA: fidelidad, obediencia, libertad.
viernes, 22 de mayo de 2009
María: ¿Una mujer difícil de comprender?
miércoles, 20 de mayo de 2009
Merton, necesario.
lunes, 18 de mayo de 2009
Santidad: misterio y secreto.
7- “La diferencia entre una vocación y una categoría. Quienes cumplen, o están cumpliendo, una vocación de santidad son, por este mismo hecho, inexplicables. No encajan en categorías… son peculiarmente ellos; por lo tanto no están considerados dignos de gran amor y respeto a los ojos de los hombres. Porque su individualidad es un signo de que son realmente amados por Dios y que sólo Él conoce su secreto, que es demasiado precioso para ser revelado a los hombres. Lo que veneramos en los santos, más allá y por encima de todo lo que sabemos, es este secreto; el misterio de una inocencia y de una identidad perfectamente ocultas en Dios”.
domingo, 17 de mayo de 2009
Violentando cajas fuertes.
Como garantía contra los ladrones que roban
bolsos, desvalijan equipajes y revientan
cajas fuertes,
uno debe asegurar todas las propiedades con
cuerdas, cerrarlas con candados,
acerrojarlas con cerrojos.
Esto (para los propietarios) es del más
elemental sentido común.
Pero cuando aparece un ladrón fuerte, se
lleva todo,
se lo echa a la espalda y sigue su camino, con
un solo temor:
que cedan las cuerdas, candados y cerrojos.
Así, lo que el mundo llama buen negocio no
es más que una forma
de amasar un botín, empaquetarlo y
asegurarlo,
formando una carga cómoda para los
ladrones más audaces.
¿Quién hay, entre los llamados inteligentes,
que no desperdicie su tiempo amasando un
botín
para un ladrón mayor que él?
***
En la tierra de Khi, de pueblo a pueblo,
se podía oír el canto de los gallos, el ladrido
de los perros.
Los pescadores lanzaban sus redes,
los campesinos araban los anchos campos,
todo estaba pulcramente señalado
con líneas de demarcación. En quinientas
millas cuadradas
había templos para los antepasados, altares
para los dioses de los campos y espíritus del
grano.
Cada cantón, condado y distrito
era gobernado con arreglo a las leyes y
estatutos...
Hasta que una mañana el fiscal general, Tien
Khang Tzu,
liquidó al rey y se apoderó de todo el Estado.
¿Quedó acaso conforme con robar la tierra?
No,
se apoderó también de las leyes y de los
estatutos,
y con ellos de todos los abogados, por no
mencionar a la policía.
Todos formaban parte del mismo paquete.
Por supuesto, la gente llamaba ladrón a
Khan Tzu,
pero lo dejaban tranquilo
viviendo tan feliz como los Patriarcas.
Ningún pequeño Estado levantaba la voz
contra él,
ningún gran Estado hizo el más mínimo
movimiento en su contra.
Así que durante doce generaciones el estado
de Khi
perteneció a su familia. Nadie interfirió
sus derechos inalienables.
***
El invento
de los pesos y medidas
hace más fácil el robo.
La firma de contratos, la implantación de
sellos,
hacen más seguro el robo.
Enseñar amor y obligaciones
suministra un lenguaje adecuado
con el cual demostrar que el robo
es en realidad para el bien de todos.
Un hombre pobre ha de ser ahorcado,
por robar una hebilla de cinturón,
pero si un hombre rico roba todo un Estado
es aclamado
como el estadista del año.
De modo que, si queréis escuchar los mejores
discursos
sobre el amor, el deber, la justicia, etc.,
escuchad a los hombres de Estado.
Pero cuando el arroyo se seca,
nada crece en el valle.
Cuando el montículo se aplana,
el hueco junto a él se llena.
Y cuando los hombres de Estado y los
abogados
y los predicadores del deber desaparece,
no hay tampoco más robos
y el mundo queda en paz.
Moraleja: cuanto más acumules principios
éticos
y deberes y obligaciones,
para meter en cintura a todo el mundo,
más botín acumulas
para los ladrones como Khang.
Por medio de argumentos éticos
y principios morales,
se demuestra finalmente que los mayores
crímenes
eran necesarios, y que de hecho
fueron un señalado beneficio
para la humanidad.
sábado, 16 de mayo de 2009
Santidad: unificar la vida.
En “Pensamientos en la soledad”: también aparecen reflexiones de TM en torno a la santidad:
2- “El temperamento no predestina a un hombre a la santidad y a otro a la condenación. Todos los temperamentos pueden ser el material de la condena o la salvación”.
3- “El cristianismo no es estoicismo. La cruz no nos santifica destruyendo los sentimientos humanos. La separación no es insensibilidad. Muchos ascetas no han logrado ser grandes santos porque sus reglas y prácticas sólo han amortiguado su humanidad en lugar de dejarla en libertad de desarrollarse plenamente, en todas sus capacidades, bajo la influencia de la gracia”.
4- ¿Qué es un santo? Un santo es un hombre perfecto, un templo del Espíritu Santo, reproduce de algún modo, en parte, el carácter humano de Jesús. “Por lo tanto, la vida ascética tiene que ser iniciada y vivida con un supremo respeto por el temperamento, el carácter y la emoción, y por todo lo que nos hace humanos. Estos son también elementos integrales de la personalidad y en consecuencia de la santidad; porque el santo es aquel a quien el amor de Dios ha desarrollado plenamente haciéndole una persona a semejanza de su creador”.
5- Vida espiritual no es vida mental, no es sólo pensamiento. Tampoco es sólo cosa de “sentir”. No excluye pensamiento y sentimiento, al contrario, incluye a ambos. No es una vida concentrada “en el punto más alto” del alma, una vida de la que se excluyen mente, imaginación y cuerpo. Si así fuera pocos podrían llevarla, y además, no sería vida. “Si el hombre ha de vivir, tiene que estar enteramente vivo, cuerpo, alma, mente, corazón, espíritu. Todo debe ser elevado y transformado, por la acción de Dios, en el amor y la fe”. La vida espiritual es, principalmente, una vida; es principalmente un asunto de mantenerse despierto. Una vida es toda espiritual o nada espiritual, no hay término medio. Si se desea tener una vida espiritual hay que unificar la vida.
martes, 12 de mayo de 2009
Mi libertad en Dios.
domingo, 10 de mayo de 2009
viernes, 8 de mayo de 2009
ACEPTAR.
y otro para deshacer.
Aquel que entiende
esta sucesión de hechos
acepta cada nuevo estado
en su momento preciso
sin dolor ni regocijo.
Los antiguos dijeron: 'El ahorcado
no puede descolgarse solo.'
Pero a la larga la Naturaleza es más fuerte
que todas sus cuerdas y ataduras.
Siempre fue así.
¿Qué razón hay
para descorazonarse?"
jueves, 7 de mayo de 2009
Santidad: Amor es mi nombre.
“Conténtate de no ser todavía santo, aunque te percates de que la única cosa por la cual vale la pena vivir es la santidad. Así estarás satisfecho dejando que Dios te guíe hacia la santidad por caminos que no puedes comprender. Pasarás por una oscuridad en que ya no te preocuparás por ti mismo ni te compararás con los demás. Los que han seguido este camino hallaron finalmente que la santidad está en todo y que Dios los rodea por todas partes. Después de abandonar todo deseo de competir con los demás, se despiertan de pronto y descubren que el gozo de Dios está en todas partes y pueden regocijarse por las virtudes y bondad de su prójimo más que no habrían podido hacerlo por las suyas propias. Están tan deslumbrados por el reflejo de Dios en las almas de los hombres con quienes viven, que ya son incapaces de condenar lo que ven en el otro. Aun en los mayores pecados pueden ellos ver bondad y virtudes que nadie más puede ver. En cuanto a sí mismos, si todavía se consideran, ya no se atreven a compararse con otros. Esa idea se hizo ya impensable. Pero ya no es fuente de gran sufrimiento y lamentación: han alcanzado finalmente un punto en que dan su propia insignificancia por supuesta y ya no se interesan en sí mismos”. Un texto precioso.
9- Y ahora, otro pasaje único:
martes, 5 de mayo de 2009
Santidad: ver el bien y no juzgar.
6- “Los santos aman su santidad, no porque los separe del resto de nosotros y los ponga sobre nosotros, sino al contrario, porque los acerca a nosotros y en cierto modo los pone debajo de nosotros. Su santidad les es dada para que puedan ayudarnos y servirnos; pues los santos son como médicos y enfermeros, que son mejores que los enfermos en el sentido de que están sanos y poseen el arte de curarlos y sin embargo hácense sirvientes de los enfermos y les dedican su salud y su arte”.
7- “Los santos no están contentos de ser santos porque su santidad los hace admirables para los demás, sino porque el don de la santidad les permite admirar a todos los demás. Los dota de una vista capaz de hallar el bien en los más terribles criminales. Los libra de la carga de juzgar al prójimo, de condenar a otros hombres”.
domingo, 3 de mayo de 2009
Las semillas de la santidad.
viernes, 1 de mayo de 2009
Aguacero de mayo.
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.