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jueves, 3 de julio de 2008

Comunidad y contemplación.

En las conferencias de Thomas Merton en Alaska aparece el tema de la COMUNIDAD de manera reiterada, por eso quiero compartirles algunas ideas que me resultan importantes a la hora de pensar la comunidad como elemento esencial de nuestra vida de fe. Para Merton toda comunidad se funda en la llamada común que recibimos los cristianos, y “estamos llamados a mantener viva una pequeña llama de paz, de conciencia y amor en un mundo en que resulta muy difícil que dicha llama no se extinga”.
Como elementos básicos de esa comunidad Merton habla de la “alianza”, de la “simplicidad”, de un “centro de paz”, que nos permitan superar la “alienación” bajo la que vive nuestra sociedad. (Merton entiende el término como: “la condición psicológica de aquel a quien no se permite nunca ser plenamente él mismo”).
Para Merton el contemplativo es aquel que evita esta alienación, y por eso de hecho todos estamos llamados a la contemplación, a vivir en una comunidad nueva, fundada en una relación nueva con Dios. Contemplación tiene que ver con el SER, y no con el HACER.
Los miembros de esa “comunidad nueva” tienen como principio básico el hecho de que han de hablar a Dios como a su Padre y a prosternarse únicamente ante Dios.
Merton apunta: “Esto es la vida contemplativa: escuchar la palabra, convertir la palabra en la propia morada, habitar en la palabra y ser discípulo del Señor”.
Prestar atención a que cuando Merton habla de vida contemplativa está hablando no de unas técnicas de meditación o de unión particular con lo Divino, sino de una manera nueva de vivir en Cristo, es decir, de una “nueva comunidad”. Es en ella donde “tenemos que aprender a dejarnos guiar por el Espíritu Santo hacia esta libertad que difícilmente se puede definir”. Libertad que empezamos a experimentar en una vida de oración.
La comunidad no es para Merton algo que nosotros edificamos con nuestro esfuerzo o capacidad personal, no surge automáticamente porque nos reunamos en el mismo lugar y hagamos cosas parecidas.
La comunidad es la obra de Dios, la obra del Espíritu Santo, y el fundamento de la comunidad no es simplemente la sociabilidad, sino la fe.
La gente de nuestro mundo está mirándonos porque anhela una comunidad, y está precisada de la gracia que está presente en una comunidad de personas que se aman entre sí.
En fin, que para Merton: “La comunidad, la contemplación y la comprensión del misterio de Cristo son aspectos íntimamente vinculados entre sí”.

3 comentarios:

mj dijo...

Y así debe ser. Habitar en la palabra del Padre y respirar en ella...
Un abrazo
M.José

Anónimo dijo...

Es cierto que todos andamos en busca de la comunidad perfecta. De una u otra manera trabajamos por eso. La iglesia de Cristo es la semilla que Dios ha puesto en el mundo para que esa realidad se haga plena. Pero "ser iglesia" es un trabajo arduo, pues no todos son conscientes de ese tesoro, y esa tarea que recibimos los discípulos. Es un tema muy interesante, querido padre manuel.

Anónimo dijo...

Sería posible que comentara algo más sobre la visión de Merton acerca de la "comunidad"? Lo que nos ha compartido me ayudó mucho y creo me dará mucha luz para mi propio camino como consagrada.
Hna Gladis.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.