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sábado, 26 de septiembre de 2020

SOLO QUIEN AMA ESTÁ EN CONTACTO CON LA VERDAD

Gandhi preguntó una vez: «¿Cómo puede ser fraternal el que cree poseer la verdad absoluta?». Digámoslo con franqueza: la historia del cristianismo plantea una y otra vez esa cuestión. El problema: Dios se ha revelado a los hombres en Cristo, pero se ha revelado ante todo como amor. Entonces, la verdad absoluta se capta como amor: por tanto, no de tal modo que excluya el amor en ciertas situaciones limitadas. Solo quien ama puede estar seguro de que sigue en contacto con la verdad, que, en realidad, es demasiado absoluta para ser captada con su mente. Por eso, quien se adhiere a la verdad del Evangelio tiene miedo de poder perder la verdad por un fallo del amor, no por un fallo del conocimiento. En ese caso, es humilde y, por tanto, es juicioso. Pero scientia inflat, «el conocimiento hincha» al hombre como un globo y le da una integridad precaria en que cree tener en sí mismo todas las dimensiones de una verdad cuya totalidad se les niega a otros. Entonces, según cree, llega a tener obligación, en virtud de su conocimiento superior, de castigar a los que no comparten esa verdad. ¿Cómo puede «amar» a otros, piensa, sino imponiéndoles la verdad que, de otro modo, ellos insultarían y despreciarían? Tal es la tentación. 

En el refectorio están leyendo un libro tendencioso sobre el comunismo. El comunismo es insidioso. Hemos de odiar todo lo insidioso, y en especial esa suprema insidia diabólica que es el comunismo. Si lo odiamos con todo el poder de nuestro ser, podemos estar seguros de que somos y seremos siempre justos, libres, sinceros, honrados, abiertos. Hoy (se nos dice), el odio al comunismo es la prueba de ser un buen cristiano. La prenda de toda verdad es nuestro odio político. Odiad a Castro. Odiad a Krushchev, Odiad a Mao. Todo eso a la vez que se habla del «misericordioso amor de Dios» y los «latidos del Sagrado Corazón». Parece haber otra dimensión que no hemos descubierto... 

Crisóstomo tiene algunas hermosas cosas que decir sobre ovejas y lobos en el tercer Nocturno del día de san Bernabé: «Mientras sigamos siendo ovejas, venceremos. Aunque estemos rodeados por mil lobos, vencemos y somos victoriosos. Pero en cuanto somos lobos, nos derrotan, pues entonces perdemos el apoyo del Pastor, que no alimenta a los lobos, sino solo a las ovejas» (de la Homilía 34 sobre san Mateo).

Thomas Merton
Conjeturas...

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.