Seguidores

martes, 2 de septiembre de 2025

THOMAS MERTON Y EL ZEN (2)

Lo que Merton descubrió en el zen no fue una doctrina alternativa, sino una forma de mirar —una actitud interior que resonaba profundamente con su vocación contemplativa. Él no se “volvió budista”, ni abandonó la oración cristiana; más bien, el zen le ofreció una vía para despojarse de lo accesorio, de las construcciones mentales que a veces entorpecen el encuentro con lo Real.

🌌 Zen como espejo del desasimiento cristiano

Deshacer para abrir: El zen no propone añadir creencias, sino soltarlas. Merton vio en esto una analogía con el desasimiento de los místicos cristianos —Juan de la Cruz, el autor de La Nube del No Saber, y el propio Jesús en su kenosis.

Oración sin palabras: El zen le ayudó a comprender que la oración más profunda no siempre necesita palabras, ni imágenes, ni peticiones. Es estar, simplemente estar, ante el Misterio. Esto lo conectó con su experiencia en el bosque de Gethsemani, donde decía que “la oración es como respirar”.

Simplificación radical: En sus últimos escritos, Merton parece más libre, más ligero. El zen le ayudó a soltar incluso ciertas tensiones teológicas, sin perder fidelidad. Como si hubiera encontrado un modo de ser cristiano más desnudo, más inmediato.

No-dualidad y comunión: Aunque el cristianismo habla de comunión y el zen de no-dualidad, Merton intuía que ambas apuntan a una misma experiencia: la superación del yo separado, la entrada en una unidad que no se puede poseer, solo habitar.


📜 Una imagen que lo resume

En una carta a Suzuki, Merton escribió:

Creo que usted y yo estamos tratando de decir lo mismo, pero en lenguas diferentes.”

Esa frase revela su humildad y su apertura: no buscaba fusionar tradiciones, sino dejar que se iluminaran mutuamente.

RELACIÓN DE THOMAS MERTON CON EL ZEN (1)

La relación de Thomas Merton con el zen no fue una simple curiosidad intelectual, sino una profunda resonancia espiritual que iluminó su camino interior en los últimos años de vida. Su encuentro con el pensamiento zen, especialmente a través del maestro japonés D.T. Suzuki, le permitió explorar una dimensión del silencio, la paradoja y la presencia que dialogaba con su propia experiencia cristiana.

🧘‍♂️ Merton y el Zen: Encuentro entre dos tradiciones

Diálogo interreligioso auténtico: Merton no buscaba sincretismo, sino una comprensión más profunda de la experiencia mística. El zen le ofrecía un lenguaje distinto para hablar del vacío, la no-dualidad y la atención plena, sin contradecir su fe cristiana.

Obra clave: El Zen y los pájaros del deseo: En esta colección de ensayos, Merton afirma provocativamente que “el Zen no enriquece a nadie”, subrayando que su valor no está en añadir conocimiento, sino en despojar al ego y abrirse al momento presente.

Paradoja y humor como vía espiritual: Merton se sintió atraído por el modo en que el zen utiliza el koan, el absurdo y la paradoja para romper las estructuras mentales. Esto resonaba con su propia búsqueda de una fe más libre, menos racionalista.

Silencio compartido: El zen le confirmó que el silencio no es ausencia, sino plenitud. En sus diarios y cartas, Merton expresa cómo el zazen (la meditación sentada) le ayudó a comprender mejor la oración contemplativa cristiana.

Encuentros significativos: En su último viaje a Asia, Merton se reunió con el Dalai Lama, con monjes zen y con Thich Nhat Hanh. Estos encuentros no solo fueron intelectuales, sino profundamente espirituales, marcando su apertura final al “monje universal” que aspiraba ser.

🌿 Una frase que lo resume

El Zen no es una forma de pensar sobre Dios, sino de estar con Dios sin pensar.” — Inspirado en Merton


LA MONTAÑA DE LOS SIETE CÍRCULOS: PRESENTACIÓN

La montaña de los siete círculos
es mucho más que una autobiografía: es una confesión espiritual, una peregrinación interior, y un testimonio de conversión que sigue tocando corazones. Aquí tienes una propuesta de presentación y resumen que puede facilitar su lectura, especialmente en contextos de retiro o formación espiritual:
 
Presentación general

Título: La montaña de los siete círculos
Autor: Thomas Merton
Publicado: 1948
Género: Autobiografía espiritual

Tema central: El camino de conversión de Merton desde una vida secular marcada por el vacío existencial hacia la plenitud interior en la vida monástica trapense.

Propósito del libro:
Merton narra su búsqueda de sentido, su encuentro con la fe católica, y su ingreso a la Abadía de Gethsemani. Escrito con honestidad y profundidad, el libro ofrece una ventana al alma de un hombre que descubre que el verdadero hogar está en Dios.

📚 Estructura y resumen temático

El libro no está dividido en capítulos temáticos explícitos, pero puede abordarse en siete grandes “círculos” o etapas espirituales, inspirados en el título:

1. Infancia y raíces familiares
Merton describe su niñez entre Europa y Estados Unidos, marcada por la muerte de sus padres y una sensación de orfandad espiritual.
Se percibe ya una sensibilidad artística y una inquietud interior.

2. Juventud y búsqueda intelectual
En la Universidad de Columbia, se sumerge en la literatura, la filosofía y el hedonismo.
Su vida está llena de contradicciones: brillante intelectualmente, pero vacío espiritualmente.

3. Encuentro con la fe
A través de lecturas (como San Agustín y Gilson) y amistades providenciales, Merton se acerca al catolicismo.
Su conversión no es instantánea, sino fruto de una lucha interior profunda.

4. Bautismo y vida cristiana
Se bautiza en 1938 y comienza a vivir con intensidad su fe.
Descubre la oración, la liturgia y la necesidad de una entrega más radical.

5. Vocación monástica
Siente el llamado a la vida contemplativa y entra en la Abadía de Gethsemani en 1941.
Describe con detalle su experiencia de silencio, obediencia y trabajo manual.

6. Transformación interior
La vida monástica lo purifica y lo libera.
Merton encuentra en la clausura una nueva libertad: la de vivir para Dios.

7. Testimonio y misión
Aunque vive en silencio, su voz se amplifica a través de sus escritos.
El libro se convierte en un puente entre el mundo secular y la vida contemplativa.

Claves para la lectura espiritual
No es solo una historia personal, sino una invitación a mirar nuestra propia vida como camino de conversión.
La honestidad de Merton permite que el lector se identifique con sus dudas, caídas y búsquedas.
El estilo es literario y profundo, pero accesible si se acompaña con pausas, reflexión y diálogo.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.