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domingo, 20 de abril de 2008

Mi Iglesia.


Es el V domingo de Pascua, y lejos de mi comunidad parroquial, evoco este misterio de sentirnos hermanos y hermanas en un sólo cuerpo, la Iglesia. Tal vez sea a menudo muy crítico con la iglesia-institución, con sus modos y estructuras, pero creo que desde el primer día en que Dios me llamó a ser parte de su pueblo, entendí que la Iglesia es un misterio de amor inabarcable. Así lo he experimentado durante todos estos años, así he intentado trasmitirlo a los demás, aunque no creo haberlo conseguido.


"La relación entre la Eucaristía y la Iglesia se entiende en la gran tradición cristiana como constitutiva del ser y del actuar de la misma Iglesia, hasta el punto de que la antiguedad cristiana designada con las mismas palabras, "Corpus Christi", el cuerpo nacido de la Virgen María, el cuerpo eucarístico y el cuerpo eclesial de Cristo.

Esta unidad del cuerpo se manifiesta en las comunidades cristianas y se renueva en el acto eucarístico que las une y las diferencia en Iglesias particulares... El término católico expresa la universalidad proveniente de la unidad que la Eucaristía, celebrada en cada Iglesia, favorece y edifica". (sínodo de obispos sobre la Eucaristía)


Cuando Jesús dice: "No tengan miedo", nos invita a descubrir que no estamos sólos, que somos Iglesia, que tenemos hermanos.
"Vivir segun el domingo, vivir segun la Eucaristía, nos revela el sentido del tiempo. Es el día de los días. El domingo, que brota de la Resurrección, atraviesa los tiempos del hombre orientándolos hacia eternidad" (Benedicto XVI)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vivir orientados hacia la eternidad: me gustó esta frase, porque me da luz para comprender unas palabras de Jesús: estar en el mundo, sin ser del mundo.
La Iglesia es a menudo demasiado humana, pero es al mismo tiempo expresión de la trascendencia y el amor de Dios.
Es un misterio, que como dice, no podemos explicar con palabras claras.
Gerardo.

DE LA MANO DE TERESA DE JESUS dijo...

Hermoso texto para meditar. La Iglesia que amo santa y pecadora.

Una comunidad de amor que va mas alla de estructuras, lugares, barreras.

Unidos en la Eucaristia.

Anónimo dijo...

Es cierto que a veces la Iglesia parece madrastra y no madre, pero aun así comparto lo que dice, porque es voluntad de Cristo que no andemos solos este camino de fe. La Iglesia es un misterio de amor, y como todo amor, lleva también renuncia y sufrimiento.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.