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lunes, 3 de noviembre de 2008

Comentarios...


En estos días he tenido la satisfacción de recibir un correo de Francisco R.de Pascual, monje trapense, principal animador de la difusión de la obra de Thomas Merton en España, junto a Fernando Beltran Llavador. Con ellos había tenido algún contacto desde Cuba, pero esporádico, dadas las dificultades con las comunicaciones. Ahora me satisface saber que han pasado por acá, por el blog, y que les gusta, y su disposición para que en algún momento podamos encontrarnos y compartir sobre este tema de interés común. para mí es una tremenda satisfacción formar parte de la familia mertoniana, y de ayudar en algo desde este espacio a difundir el mensaje espiritual de Merton.

Por otra parte, he podido también acceder a otro libro de Thomas Merton que sólo conocía de oidas; me refiero a "La revolución negra", que fue publicado por la Editorial Estela S.A., y traducido por Angeles Maragall. Aunque este libro responde a una circunstancia muy concreta del momento en que fue escrito, es importante para seguir ahondando en el talante humano de Merton, en su modo de mirar la realidad.

No me sobra tiempo para escribir acá, pues ahora debo dedicar una buena parte del día al estudio, y aunque estoy leyendo intensamente a Merton no puedo ahora mismo compartirles lo que escribo hasta que no sea revisado oficialmente por los profesores. No obstante, mantengo el propósito de ir dejando siempre algunos textos de Merton y otros autores afines a su espíritu; de modo especial estoy ahora revisando la obra de algunas mujeres, que me parecen geniales: Simone Weil, Etty Hillesum, Juliana de Norwich.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece incréble cuánto pudo Merton escribir, cada día descubro un nuevo libro y me parece imposible leerlos todos. Este blog ofrece un servicio inestimable a quienes nos interesamos en conocer la enseñanza de Thomas Merton. Ojalá pueda perseverar en este empeño.

Anónimo dijo...

La de Merton es una contemplación activa e intervencionista. La pasividad y la tibieza no van con la mística.

Silvia Cristina Cuesta dijo...

Hola Manuel...

Despaciosamente voy llegando a todos...

Cuanta paz ..en este lugar..

Estaré esperando todo lo que publiques de Thomas Merton...será imperdible ...seguro.

Gracias por compartir todo los buenos e interesantes escritos que tienes...

Bendiciones para ti...suerte en tus estudios..

Un saludo cordial...Silvia

Anónimo dijo...

Es una bendición que algunos quieran compartir lo que leen y lo que viven espiritualmente con otros. Lo veo como una bendición y como un don.
Gracias.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.