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lunes, 26 de enero de 2009

Salmos de cumpleaños.


Seguro que ya he publicado antes alguno de estos textos de Thomas Merton, pero no está de más traerlos de nuevo para actualizar algunas verdades necesarias para nuestra vida, que han de ser actualizadas cada cierto tiempo, como pueden ser pensar en lo que da sentido a nuestra existencia y que ésta es siempre un regalo inigualable que hay que agradecer.


"¿Por qué he estado siempre semiconvencido de que moriría jóven? Puede que sea una especie de supertición, el miedo a admitir una esperanza de vida que, de ser admitida, podría verse frustrada. Pero ahora he vivido un buen tramo de vida y, sea o no importante el hecho, nada puede alterarlo. Es cierto, infalible, aunque también sea solamente una forma de sueño. Si no cumplo los sesenta y cinco, es menos importante. Puedo relajarme. Pero la vida es un don del que estoy contento, y no maldigo el día en que nací. Al contrario, ni no hubiera nacido, no habría tenido amigos a los que amar y por los que ser amado, no habría cometido errores de los que aprender, no habría visto nuevos países, y , en cuanto a lo que puedo haber sufrido, es irrelevante y forma verdaderamente parte del gran bien que la vida ha sido y, espero, seguirá siendo". (31 de enero de 1960; Diarios)


"Nieve, silencio, fuego elocuente, reloj en la mesa. Pesar. Me lavaré (tengo las manos sucias). Cantaré los salmos de mi cumpleaños. No importan los errores y falsas ilusiones que han marcado mi vida, yo creo que la mayor parte de ella ha sido felicidad y, en la medida en que yo puedo decirlo, verdad. Ha habido períodos enteros de insinceridad, especialmente cuando tenía menos de veintiún años y andaba con amigos que no eran de mi tipo. Pero después de mi úlimo año en Columbia, las cosas han marchado bien. Recuerdo muchos días y períodos de tiempo felices e iluminados. Hubo unas cuantas épocas de pesadilla en mi infancia. Pero en Saint Antonin, con mi padre, la vida fue una revelación... Los períodos más profundos y felices de mi vida han sido los vividos en Getsemaníy sus alrededores, y también algunos de los más terribles. Los momentos felices han tenido lugar principalmente en el bosque y el campo, solo, con el cielo y el sol, y aquí en la ermita. Y con los novicios (tardes de trabajo)." (30 de enero de 1965, Diarios)


"Mi vida se mide por mi amor a Dios, y este, a su vez, se mide por mi amor al más pequeño de Sus hijos. Y este amor no es benevolencia abstracta, sino que supone compartir su tribulación". (3 de septiembre de 1941, Diarios)


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto, cuando la vida se mide en amor y por amor, siempre es don, regalo. Si nos alimenta el amor, si gozamos del amor, el corazón dejará de ser surtidor de sangre fría y nos moverá el calor y la luz de la ilusión. Y detrás de todo amor, de nuestro amor, siempre está El. Podemos encontrarlo reflejado hasta en las canciones, como en ésta que dejo para los que compartimos el blog de Manuel:
“Detrás de los latidos secos que deja el reloj
detrás de esta sonrisa a media asta y sin color
detrás de los amigos y del humo a contraluz
detrás de los espejos y las sombras estás tú.
Detrás de las pisadas de los que vienen y van
detrás de un calendario que adelanta marcha atrás
detrás de cada foto, de su cara y de su cruz
detrás de la prisión de mis nocturnos estás tú.
Porque estás en las canciones,
en las costuras de mi cuerpo,
en los colores, en los poemas,
en los silencios que de noche gritan en mi soledad.
Detrás de todo, detrás no hay nada más que tú,
detrás de cada esquina de esta fría y gran ciudad,
detrás de las tormentas, de la calma y la quietud,
detrás de otros gestos y otras voces estás tú.
Detrás de cada día y cada noche, ahí estás tú."

Anónimo dijo...

Muy bien, me parece algo esencial que la religión apueste claramente por la vida plena del ser humano, y no se quede en lo accidental o lo anecdótico. La vida es buena, es un bien, dice Merton. A menudo se nos acusa a los cristianos de despreciar la vida, de ser poco vitales, de verlo todo negro. Lo que dice Merton me parece, por eso, genial.

Inés García, aci dijo...

La vida es más grande de lo que podemos imaginar, es más elocuente de lo que podemos decir, el silencio y la soledad son un gran descubrimiento porque están llenos de Vida, que podemos dar a los otros de mil maneras cada día.

Gracias por compartir,

Inés

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.