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sábado, 26 de septiembre de 2009

Vida y Santidad en TM (Resumen), 2


6. Las conclusiones fundamentales a las que he llegado luego de todo este año de trabajo pueden resumirse del siguiente modo:


A. Muchos, en el transcurso de los siglos, se han visto impactados por la belleza y atracción del ideal cristiano de santidad, que supone identificación con Cristo, participación y seguimiento, y que es don y tarea al mismo tiempo. Ese ideal, no la santidad propiamente, ha estado en ocasiones lastrado, por interpretaciones parciales, entre las que resaltan en este trabajo fundamentalmente dos: el que se vea y presente como camino para unos pocos y no para todos, y el no presentar con suficiente claridad que santidad y humanización van siempre de la mano. Cada época necesita recuperar para sí el ideal de santidad, como motivación y motor para la vida de los bautizados, presentándolo de manera dinámica, con expresiones nuevas, de modo que constituya un desafío para vivir gozosamente la fe. Siempre urge trabajar por una comprensión de la santidad más integral, menos elitista, y más abierta a buscar lo común, más sensible a las búsquedas de cada época, y al mismo tiempo capaz, como ideal, de crear nuevas mentalidades. (reconociendo la belleza de la creación, la autonomía de las estructuras humanas, y haciendo presente al mundo la infinita bondad del Dios Padre que anunció Jesús). Son importantes los “modelos de santidad” que presenta la Iglesia o que espontáneamente surgen dentro del pueblo cristiano.

B. Para Thomas Merton, figura contemporánea, el ideal de santidad cristiano fue un elemento clave, y motor impulsor de su vida espiritual. Está presente en su autobiografía, a lo largo de todos sus diarios, y en sus ensayos sobre la vida contemplativa y la vida cristiana en general. Él encontró y vivió ese ideal, y desde su condición de monje contemplativo hizo un itinerario de crecimiento para encontrar nuevas formas de vivir la llamada a la santidad en la Iglesia.

C. Este trabajo me ha permitido descubrir las intuiciones que TM tuvo en este sentido, y creo que su experiencia puede resultar positiva y enriquecedora para los cristianos de nuestro tiempo, pues vida y obra escrita son un ejemplo de cómo el encuentro con Cristo, con la fe católica, pueden hacer que una persona reoriente radicalmente su vida y convierta el ideal de santidad en motivo para redescubrir la propia identidad y ayudar a otros a descubrir también la llamada original.

D. La búsqueda y el desarrollo del ideal de santidad en TM está vinculada indisolublemente a su conversión, a su bautismo y a su elección vocacional; le permite hacer una lectura de su vida en clave de fe, como camino de salvación; descubre que en él la santidad está íntimamente vinculada a su vocación de escritor, a la contemplación, a la soledad, pero también a su preocupación por el mundo, por la justicia y la belleza de lo humano; está vinculada tanto a la tradición como a lo más actual, a la oración y a la poesía. (No es Merton una figura excepcional, que ponga en cuestión todo el ideal de santidad que le precede; él asume la Tradición de la Iglesia, la vive y la enriquece desde su itinerario personal de salvación, como han hecho otros muchos hombres y mujeres, impulsados por el encuentro con Cristo, y refleja las preguntas, dudas y búsquedas del tiempo en que vivió).

E. Es una “santidad” integradora y plenamente “católica”, que busca acercar lo diverso, siempre abierto a nuevas experiencias y los signos del tiempo. Merton pasará de una comprensión estrecha, tradicional y devocional del camino cristiano, a otra visión que contempla el seguimiento de Cristo de manera más honda, más sencilla y más compasiva con el mundo y su gente.

F. Su vida vale como modelo cercano y creíble del cristiano que busca la voluntad de Dios en medio de un mundo complejo y de las propias complejidades de su psiquis y su personalidad, siempre en relación con otros.

G. La reflexión de TM vincula santidad a gratitud, alabanza y amor, sin olvidar el equilibrio entre el misterio de nuestra individualidad y la obediencia como camino para alcanzar la voluntad de Dios, que se manifiesta siempre en el ámbito de la comunidad cristiana.

H. La reflexión de TM aparece vinculada al espíritu eclesial que precedió y acompañó la celebración del concilio Vaticano II, y tiene en cuenta que la santidad es para todos, que ha de buscarse en la vida ordinaria, y que ha de repercutir en provecho de toda la humanidad.


I. Como ideas particulares e importantes acerca de la santidad, que aparecen en la obra de TM destacan las siguientes: aparece vinculada a la identidad de la persona; reconoce el trabajo activo y socialmente útil como camino de santidad cristiana; no puede ser mera repetición mecánica de un modelo, sino que exige creatividad y osadía de parte nuestra; la ley de la santidad es la ley del amor, porque ese es el principal mandamiento cristiano. Y finalmente, la santidad es compatible con imperfecciones, limitaciones, defectos y excentricidades, que Dios permite para la maduración y crecimiento espiritual.

J. A lo largo de todo el trabajo aparecen tres ideas básicas que definen la visión de TM en relación con la santidad, y que también singularizan, de modo amplio, su vida espiritual:

1. Relación directa entre santidad y progresiva humanización: el ideal cristiano no es sobrehumano, sino humano, y tampoco ser santo es ser menos humano, sino todo lo contrario. Hay un reconocimiento del valor de lo humano, un aprecio por la humanidad que no es contrario a la búsqueda del Reino, ni a una visión crítica y profética de lo que necesita ser cuestionado y cambiado.. El proceso de divinización de la persona es al mismo tiempo camino de humanización, y no hay contradicción entre santidad y humanidad.

2. Eclesialidad de la santidad: La santidad no debe convertirse en un ideal egoísta; mi santidad es parte de la santidad de mis semejantes, y no puedo buscar una “santidad” individual al margen de la Iglesia. No hay santidad cristiana sin vida eclesial. (Destaco su distinción entre “andamiaje” y “verdadero edificio” eclesial, así como su comprensión de lo que se ha llamado “el Cristo Total”).

3. Vínculo necesario entre santidad y compromiso con la transformación de la realidad, del mundo: Es un tercer aspecto a destacar en la obra de Merton, y en su propia vida; la búsqueda de la santidad incluye una progresiva preocupación por los sufrimientos e injusticias, por los grandes problemas de la humanidad. No se puede ser santo de espaldas al dolor del mundo, ni tampoco sin participar de sus esperanzas y sus alegrías. El cristiano, aun el consagrado, sigue siendo parte de ese mundo que debe ser transformado.

K. La santidad aparece en TM como don y como tarea, pero hay una insistencia particular en el tema de la santidad como don: buscando a veces una "santidad" abstracta, irreal e inalcanzable, podemos olvidar que somos santos, por puro don de Dios. Hemos insistido tanto en lo que debemos hacer para ser santos, que por momentos olvidamos la parte más importante de este camino: que la santidad es un don que ya hemos recibido.


L. RESUMIENDO: Santidad, aparece en la vida y los escritos de TM vinculada a: participación y comunión con Cristo, crecimiento, progresiva humanización, sentido de Iglesia, creatividad y osadía, y confianza.

M. PARA TERMINAR: El testimonio personal y los escritos de TM, reconocido por muchos como un maestro de la vida contemplativa, que nos dejó ver los entresijos de su interioridad, sus luchas y búsquedas personales en pos del ideal de santidad, son parte indiscutible del tesoro espiritual de la Iglesia Católica, y una puerta para llevar el mensaje evangélico a otros ámbitos, religiosos y culturales. Parece importante tener en cuenta el testimonio de aquellos que, desde una realidad concreta, y más aun, contemporánea a la nuestra, han intentado vivir el ideal de santidad cristiano, cuando el mundo y los receptores de nuestro mensaje cambian de día en día, y exigen de nuestra parte dinamismo, sensibilidad por lo humano, y creatividad.TM es hoy un reconocido maestro espiritual, tanto en el mundo católico como fuera de él, a pesar de las críticas que también han recibido sus libros y sus opciones a favor del compromiso social o el acercamiento al mundo oriental; TM no es un “liberal”, sino que desde un profundo conocimiento de la tradición contemplativa católica y del pensamiento humanista de su tiempo supo enlazar, acercar, aspectos que suelen aparecer como contrapuestos. De ahí el valor de su testimonio, la riqueza de su obra, y la importante de darle a conocer. De modo particular me interesa que sea conocido en la Iglesia Cubana, por el vínculo particular que tuvo TM con la Isla, y por ello confío seguir trabajando en este sentido, aprovechándome de la obra de este monje contemplativo católico a nivel personal e invitando a otros a que le conozcan y se aprovechen de su testimonio.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

EXCELENTE resumen. Creo hará mucho bien.
Gracias. María

Anónimo dijo...

Esa aspiració de unirnos a DIOS debemos hacerla desde nuestra realidad humana ciertamente... pero creo que trascendiendo muchos de sus aspectos a nivel de ignorancia esencial...en esa educacion de nuestra INTERIORIDAD para poderLE conocer mejor...acercarnos a ÉL en nuestro interior...y en cualquier ser y lugar.

Siempre gracias, querido MANUEL.
Un Abrazo sincero

Carmen
concienciaprimordial.blogspot.com

Selín dijo...

Gracias a Dios por darnos sacerdotes como usted (y como el mimos Thomas Merton)...

Siento que habemos algunos católicos "inquietos" que necesitamos escudriñas algunas cuestiones a las que no muchos se sienten atraídos, nosotros sí, y estaríamos insatisfechos si no hubiera quien nos hablara de esta santidad que nos lleva por los caminos de las letras, el silencio, la soledad, el intelecto, etc.

Gracias de nuevo, y estaré pendiente por más entregas.

Un abrazo en Cristo,

Selín

Inés García, aci dijo...

Muy claro todo, me ayuda a entender más algunas cosas de la espiritualidad de Merton.
El compromiso social y el acercamiento al mundo oriental son aspectos que se están desplegando más en estos tiempos, TM se adelantó a su tiempo, como sucede con muchos que son fieles a la gracia de Dios que va transformando a las personas y al mundo, en principio son criticados.
Gracias.

Carmen dijo...

Hola Padre Manuel, le felicito por sus estudios; buscar la santidad es buscar siempre al Señor, a Cristo. Son muy hermosos todos los testimonios de los santos,me gusta la santidad de Thomas; para nosotros es tarea permanente desear ser santos. Jesús se nos dona, se nos da. Es nuestro compromiso (siempre en libertad)el amor:amar siempre.Donde abunda el pecado sobreabunda la Gracia.Debemos permanecer en la fe,lo demás se nos dará por añadidura,bendiciones,

Carmen

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.