En 1956, mientras los negros en Montgomery boicoteaban la discriminación en los autobuses, y el nombre de Martín Luther King, Jr. empezaba a figurar en los titulares de los periódicos, Merton estaba leyendo a Gandhi. Este interés ya le venía de antes, de cuando estudiaba en Oakham, aunque ahora había algo más de por medio que figurar en una posición radical entre los estudiantes de su clase. Se trataba, en parte, de un proceso de análisis de las implicaciones sociales del evangelio así como de uno de los primeros pasos de conexión con contemplativos no cristianos.
Esa primavera marcó el comienzo de la inmersión de Merton en la literatura y escritos religiosos rusos. A ratos fue interesante; ese otoño se lanzó el primer Sputnik; pero lo que los rusos podían ofrecerle a Merton no eran los viajes espaciales sino una profunda tradición espiritual. Llegó al convencimiento de que la restauración de la unidad en la Iglesia comenzaba con la recuperación de la unidad en uno mismo.
"Si queremos poner junto lo que está dividido, no podemos hacerlo mediante la imposición de una división sobre otra. Si hacemos esto, la unión ya no es cristiana. Es una unión política y condenada a posteriores conflictos. Debemos contener todos los mundos divididos en nosotros y trascenderlos en Cristo".
Explorando los escritores rusos, Merton fue de los primeros occidentales que leyeron la novela de Boris Pasternak, Doctor Zhivago. Sorprendido por los chocantes y genuinos elementos cristianos que marcaron los escritos de Pasternak, Merton le escribió en agosto de 1958, dos meses antes de que el Comité de los Nobeles anunciara que el premio Nobel le había sido concedido a Pasternak.
Merton le dijo a Pasternak que estaba pensando en estudiar ruso "a fin de intentar adentrarse en la literatura rusa en sus textos originales..., preferiría más leerle a usted en ruso".
Jim Forest
"Thomas Merton. Vivir con Sabiduría"
(PPC)
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