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martes, 6 de abril de 2021

HANS KÜNG: LO SENCILLO ES SIEMPRE LO MÁS DIFICIL.

El suizo Hans Küng, uno de los teólogos católicos más reconocidos del mundo, falleció hoy en la ciudad alemana de Tubinga a la edad de 93 años. Küng, hombre de pensamiento crítico, fue suspendido en 1979 por el Vaticano para oficiar como sacerdote y enseñar teología católica por sus cuestionamientos a la doctrina oficial de la iglesia. En 1985 fundó la Fundación Weltethos (Ética Mundial) destinada a fomentar el diálogo interreligioso. De acuerdo con la información, Küng murió mientras dormía de manera plácida en su casa de Tubinga, en el sur de Alemania. Fue uno de los grandes pensadores católicos del siglo XX, participante del Concilio Vaticano II, filósofo y teólogo. Agradecido por lo que que sus libros aportaron a mi formación teológica, descanse en paz
.

"Sea como fuere, siempre me he experimentado como un ser humano contradictorio en múltiples sentidos, ambivalente, con virtudes y debilidades, muy alejado de la anhelada perfección. En ningún caso como un ser humano ideal, sino como un ser humano con altibajos, con lados diurnos y nocturnos, con todo lo que C. G. Jung llama la «sombra» de la persona, justo aquello que el ser humano, en vez de confrontarse con ello, prefiere apartar, reprimir, ocultar. ¿Y no desean algunos en su corazón ser distintos de cómo son? ¿Un poquito menos inteligentes, menos ricos, menos guapos? Con frecuencia nos resulta más fácil aceptar el mundo que aceptarnos a nosotros mismos, tal como —nos guste o no— somos o hemos sido hechos por otros. «Lo sencillo es siempre lo más difícil -leí en C. G. Jung-. Pues, en realidad, ser sencillo es un arte supremo; de ahí que aceptarse a sí mismo constituya la quintaesencia del problema de la moral y el núcleo de toda una visión del mundo» (Sobre la relación de la psicoterapia con la cura de almas, 1932)*. 

No soy un representante del pesimismo vital que vea abocada de antemano al fracaso toda acción; en la vida existen igualmente éxitos, progresos, regalos, felicidad. Pero tampoco las personas exitosas están a salvo de crisis existenciales capaces de poner todo en cuestión. Eso puede ocurrirle a una persona ya en su juventud. O sólo cuando le llega la crisis, la crisis de la mitad de la vida; o a raíz de una enfermedad mortal, posible en cualquier momento, o de un fiasco profesional, una depresión, la jubilación o la vejez. Cuando una persona ha alcanzado todo lo que podía alcanzar y, se mire como se mire, ya no puede alcanzar nada más, entonces ¿qué...?".

Hans Küng, Epd
Lo que yo creo

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.