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miércoles, 28 de agosto de 2024

NUEVO LIBRO DE MERTON

Un nuevo libro de Thomas Merton, publicado por Sal Terrae, que recoge las conferencias de Merton a la comunidad de religiosas de Nuestra Señora de Redwoods, de mayo y octubre de 1968 y las cartas alrededor de las mismas:

"¿Qué revelan los últimos diálogos de Thomas Merton sobre la espiritualidad y el diálogo interreligioso? Este libro recoge las conferencias y cartas que Merton dirigió en mayo y octubre de 1968 a las religiosas benedictinas de Nuestra Señora de Redwoods (al norte de California), en las que se despliega una mirada única a su pensamiento maduro y profético. Encontramos un Merton que habla de manera cercana, con hondura, sobre la oración, la espiritualidad y el diálogo interreligioso, además de otros temas candentes en aquel momento y relevantes hoy, como el cuidado medioambiental, los avances científicos, los cambios sociales o las exploraciones incipientes, desde la psicología y la religión, hacia una nueva conciencia. Toda una invitación a continuar esa conversación de 1968, explorando cómo la integridad del ser humano puede fortalecerse en un mundo tan tecnologizado y aparentemente sin límites".

miércoles, 21 de agosto de 2024

PROFUNDIZAR EN LA VIDA QUE YA POSEEMOS

 

"Señor, una vez más, no dudo de mi llamada a la santidad, aunque no soy fiel. No dudo de que Tu voluntad cumplirá Tu voluntad en mí a pesar de mi cobardía y mi falta de esfuerzo, a pesar de todas mis prevaricaciones inconscientes e incluso conscientes. Tú eres Dios y Tú has destruido mis pecados en la Cruz antes de que fueran cometidos. Apártame del pecado una vez más, apártame incluso del pecado material, hazme evitar incluso las imperfecciones, aunque con mucha frecuencia ni siquiera las percibo.

 Nuestra gloria y nuestra esperanza es que somos el cuerpo de Cristo. Cristo nos ama y nos desposa como Su propia carne. ¿No nos basta? Pero no lo creemos realmente. ¡No! Estemos contentos, estemos contentos. Somos el Cuerpo de Cristo. Le hemos encontrado, Él nos ha encontrado. Estamos en Él, Él está en nosotros. No hay más que buscar excepto la profundización de esta vida que ya poseemos. Estemos contentos".

Thomas Merton, Diarios

(20 de agosto 1956)

martes, 20 de agosto de 2024

UN SILENCIO QUE SEA COMUNIÓN

"Qué desastre edificar la vida contemplativa sobre la negación de la comunicación... Ésta es la razón de que haya tanto ruido en un monasterio trapense. Parloteo y algarabía infernales, continuo rugido de maquinaria, estrépito de objetos que caen de las manos de aturrullados contemplativos; todo ello atestigua que odiamos el silencio con todas nuestras fuerzas, porque, debido a nuestra errónea motivación para buscarlo, está destrozando nuestra vida. Sin embargo, sigue en pie el hecho de que el silencio es nuestra vida, pero un silencio que sea comunión y mejor comunicación que las palabras. ¡Ojalá alguien pudiera decirnos cómo encontrarlo!

(Thomas Merton, Diarios, agosto 1956)

lunes, 19 de agosto de 2024

LAS PROMESAS DE DIOS SON ABSOLUTAS

"No es que las personas sean conscientemente malas. Tal vez respondan hasta un cierto nivel, pero no hasta el final. Las Escrituras nos enseñan las cosas básicas, lo que Dios piensa sobre los seres humanos. Debemos tener presente que nadie puede hacer bien todas las cosas. Somos todos pecadores. Dios nos habla y nosotros no escuchamos. Por otra parte, la misericordia de Dios es constante. No podemos pasarla por alto. Las promesas de Dios son absolutas. Ser cristiano no significa «estar del lado bueno». Un cristiano no siempre sabe dónde está la justicia, no siempre ve todas las cosas claras. Pero el cristiano es consciente de que, mientras que en el ser humano hay falsía e infidelidad, en la misericordia de Dios hay siempre una absoluta fidelidad. Así pues, no rechacemos a nadie, pero procuremos, sí, disociarnos de todo cuanto pueda perjudicar o dañar a otras personas. Todo cristiano debe defender la verdad de que la misericordia de Dios es infinita. Dios nunca escatima su misericordia. Este es un mundo en el que un número incontable de seres humanos viven desesperados. Es entre ellos donde la presencia de Dios es realmente necesaria. Nuestro testimonio cristiano de la misericordia de Dios no es creíble para muchos porque no es lo bastante profundo. Es por eso por lo que nosotros tenemos que dar testimonio de la palabra de Dios. De ello depende la renovación de toda la Iglesia. Y no tan solo en términos ideológicos. Necesitamos cavar más hondo y ayudar realmente a aquellos que viven en situaciones angustiosas, acosados por tribulaciones".

Thomas Merton
Los manantiales de la contemplación

UN CRISTIANISMO QUE NO HACE MÁS QUE HABLAR...

"Un cristianismo que no hace más que hablar, proclamar, explicar —en suma, un cristianismo que nunca está en silencio—, pierde la profundidad de la escucha de la que está hecha la fe. Y, por consiguiente, perderá el espíritu de la oración: la invocación y la confessio laudis se transformarán en estéril protesta y reivindicación"

(PIERANGELO SEQUERI)

miércoles, 14 de agosto de 2024

TODOS TENEMOS UNA VOCACIÓN

"Todos tenemos una vocación, todos somos llamados por Dios a compartir Su vida y Su Reino; cada uno es llamado a un lugar especial en el Reino. Si encontramos ese lugar somos felices. Si no lo encontramos, nunca podremos ser completamente felices. Para cada uno de nosotros sólo hay una cosa necesaria: cumplir nuestro destino según la voluntad de Dios, ser lo que Dios quiere que seamos

Nuestra vocación no es un enigma de la Esfinge, que se haya de resolver por conjeturas so pena de perecer. Algunos encuentran que, a la postre, han hecho muchas conjeturas erróneas y que su vocación paradójicamente es la de ir por la vida actuando de manera equivocada. Les ocupa largo tiempo averiguar que así son más felices.

En todo caso, no debemos imaginarnos que sólo se descubre este destino mediante un juego al escondite con la Divina Providencia,
En todo caso, nuestro destino es obra de dos voluntades, no de una sola. No es un hado inmutable, impuesto a nosotros sin elección nuestra por una divinidad sin corazón.

Nuestra vocación no es una lotería sobrenatural, sino la interacción de dos voluntades y, por consiguiente, de dos amores".

Thomas Merton, Los hombres no son islas

martes, 13 de agosto de 2024

EL TRABAJO DE ESPERAR

El 10 de agosto de 1965 Thomas Merton escribe en su diario sobre la "necesidad de orar, necesidad de un alimento teológico sólido, de la Biblia, de la tradición monástica". Luego también de la "necesidad de estar definido enteramente por la relación con Dios Padre y por la orientación hacia él". Dice que no hay que estar distraído, sino "estar presente", y lo que más llama mi atención, dice que " por encima de todo EL TRABAJO DE ESPERAR".

Thomas Merton

ORAR CON SAN JUAN DE LA CRUZ

1. San Juan de la Cruz fue un hombre de oración; bebió del espíritu de su tiempo, y conoció las formas, devociones y estilos de su época y de su Iglesia. Oró como pueblo (familia pobre), como estudiante, religioso y sacerdote. Recibió el influjo de los maestros de su tiempo, y de la corriente espiritual que promovía la oración y la interioridad.

2. Como religioso y sacerdote desarrolló indudablemente una pastoral de la oración y la vida espiritual entre los suyos, acompañando y animando para una práctica cristiana más profunda, como así lo cuentan muchos testigos.

3. En sus escritos nos dejó algunas oraciones (Ej: la oración del alma enamorada), sin embargo, en sus libros no nos ha dejado un magisterio explícito acerca de la oración, como sí es el caso de Teresa de Jesús.

4. Más que de oración (formas, métodos, etc.), a Juan le interesa la persona que ora, como prepararla y disponerla, entender por qué es posible y necesario orar.

5. Podemos orar porque Dios ha tomado la iniciativa, se ha querido dar a nosotros en Cristo, abriendo la posibilidad de entrar en relación con él. Al hacerlo realizamos nuestra verdadera vocación. Por eso el santo invita a considerar e imitar a Cristo, en quien Dios ha hablado de forma definitiva. Luego, las virtudes teologales son el camino, y la meta es la Unión.

6. La unión del alma con Dios es el tema central de la doctrina sanjuanista (unión que implica transformación; es un movimiento existencial). Dios se esconde en lo más profundo de nosotros, del otro, de la historia, de la creación. Al salir a buscarlo, con la gracia recibida, se desencadena un dinamismo espiritual que va de la cruz a la resurrección.

7. Necesitamos hacer espacio para Dios en nosotros (propuesta ascética: negar, vaciar de todo lo que no es Dios), y el mismo Dios va creando ese espacio en nosotros. A ese proceso Juan le llama Noche. Nuestras carencias nos permiten caer en la cuenta de nuestra verdadera dignidad, porque únicamente Dios puede satisfacer el anhelo que nos pone en camino.

8. Más que orar, Juan, como Teresa, habla de “ser oración”. Vivir las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), que son al mismo tiempo don de Dios y respuesta nuestra a él. Vivir y orar en cristiano es creer, esperar y amar, en un proceso que es al mismo tiempo purificación y transformación (restar y sumar).

9. Juan nos invita a dejar incluso lo que es bueno (todo lo que no es Dios, incluso las cosas de Dios, sus bienes) para mirar e ir más lejos; para alcanzar el Todo, en el que reencontramos lo que dejamos y mucho más.

10. Es siempre camino y meta de amor (Dios como presencia amorosa), por eso el lenguaje que Juan usa es lenguaje amoroso también (Amado, esposa, unión). Presenta el amor como categoría fundamental de la vida cristiana. Orar es amar.

11. El culmen de la vida teologal está, para Juan de la Cruz, en la contemplación, simplificando toda la vida de oración y el contacto con la Palabra de Dios. Toda la existencia del orante es una “noticia sencilla amorosa” totalizante, que lleva a la comunión con Dios, que se le descubre en toda la realidad humana.

12. En resumen: partimos de una llamada, de un anhelo (Dios llama, va delante siempre), para adentrarnos en un camino, búsqueda, esfuerzo, subida, que pasa por la noche (donde a pesar de todo la Fuente no deja de manar, hasta que amanece con una Llama ardiente en el interior de la persona que ya es una nueva creatura en Cristo, para Dios.

13. También podemos hablar de cuatro momentos (Ian Mathew): el don (Dios), hacer espacio (vacío positivo), dejarse sanar (noche sanadora), pleno encuentro (unión amorosa).

14. La oración como actitud teologal contemplativa crea una síntesis vital entre el amor a Dios y el amor al prójimo, y es fuertemente liberadora e integradora. Que mejor modo de expresar la experiencia orante a la que nos convoca y en la que nos introduce Juan de la Cruz, que sus propios versos: “Quedéme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado, cesó todo y dejéme, dejando mi cuidado, entre las azucenas olvidado”.

Fray Manuel de Jesús, ocd

LA SACRAMENTALIDAD COMO DESPOJAMIENTO

“Como Jesucristo permaneció desconocido entre los hombres, del mismo modo su verdad permanece, entre las opiniones comunes, sin diferencia exterior. Así queda la Eucaristía entre el pan común” (Blas Pasca)..

"La cita de Pascal sugiere que existe una relación entre el despojamiento de la verdad y el despojamiento propio de la presencia sacramental. La falta de un resplandor llamativo de la verdad concuerda con la presencia invisible del Ungido en la eucaristía, el sacramento prototípico. 

La analogía entre la eucaristía y la verdad se merece una mayor elaboración. En primer lugar hay que indicar según los testimonios bíblicos, que los discípulos con los que Jesús celebró su última cena formaban una comunidad desunida, en conflicto y confusa. Un punto de vista sacramental sobre la verdad sugiere por eso que encontrar la verdad creyente supone una verdadera unión con la ruptura, los conflictos y la confusión de las personas de hoy. La Iglesia no está ni por encima ni fuera de la historia, sino que tiene que redescubrirse si quiere realmente encontrar y anunciar la verdad, como el conjunto de discípulos alrededor de la mesa de la última cena: confundida, desesperada, preguntándose qué le espera a ella, a los suyos, y al mundo. Tiene que dejar que le quiten de las manos las supuestas respuestas de la tradición, tal como les fue quitada a Jesús y a sus discípulos la idea establecida sobre la fidelidad de Dios, y que no les quedaba sino la entrega. A fin de poder encontrar y presentar la verdad, tiene que enfrentarse a la pregunta sobre qué cuestiones liberadoras o auténticas quedan por decir en las circunstancias dadas de amenaza, miedo e inseguridad. Hablar sobre la verdad sólo puede nacer desde el silencio de la caótica confusión. 

En segundo lugar hay que señalar que la verdad de los evangelios sobre la institución de la eucaristía es ante todo una verdad desprestigiada. Existe en la última cena –y los testimonios evangélicos sobre esto no andan con rodeos– traición, incomprensión, y malentendidos, y se percibe una gran hostilidad ante la única que parece entender lo que va a pasar: la mujer que unge los pies de Jesús. El pan que se parte en la eucaristía es el pan que nos alimenta, y también el pan que se produce con sudor y lágrimas y bajo condiciones injustas. El vino que se comparte es fuente de alegría y a la vez causa de adicción y violencia. De la misma manera que Jesús, según el himno que cita Pablo en su carta a los Filipenses, no sólo se despojó, sino que además se humilló hasta la muerte en la cruz, así la vida de sus discípulos no sólo se manifiesta en su común humanidad, sino mezclada con el mal. A consecuencia de esto la verdad que enseñan no sólo reside en una opinión cualquiera, sino que además está corrompida por la mentira, y peligra perderse en ella una y otra vez. Sea lo que sea, el anuncio de la verdad en sentido creyente y teológico implica en todo caso hablar libremente sobre este continuo desprestigio y la confesión de ser también culpables de él. 

En tercer lugar cabe indicar que los testimonios evangélicos en torno a la última cena no dejan duda de que –en medio de la ambigüedad, la ruptura y la culpa– se busca alcanzar la salvación de todos y todo lo que abarca la salvación de los que participan en ella. Desde el ámbito cristiano se entiende que la verdad de la existencia humana es la verdad presente como una Ausencia, como lo que va a venir y lo que se puede y se debe alcanzar, pues todo está ya-siempre a la luz de lo que va a venir. Desde el punto de vista cristiano la verdad que se busca y se desea es la verdad que ya-siempre está empezando, sobre todo en esta búsqueda y en este deseo. Por eso la esencia de la verdad presente rompe la alternativa de presencia y ausencia, como escribió el teólogo alemán Eberhard Jüngel sobre Dios. El hecho de que la verdad está sacramentalmente presente significa que en su presencia siempre está a la vez ausente, sin embargo en su ausencia se mantiene ocultamente presente. Por eso nunca se la puede manejar como una propiedad, sobre todo de parte de la Iglesia, cuya misión es representarla".

Erik Borgman
La verdad como concepto religioso
Concilium # 314 (febrero 2006)

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.