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miércoles, 25 de abril de 2007

Conocer y Amar. Henri Nouwen.


Hoy escuchamos la historia del encuentro de Jesús y María Magdalena, dos personas que se aman. Jesús dice: “María”. Ella lo reconoce y dice: “Rabbuni”, que significa Maestro. (Jn 20,16) Esta historia simple y conmovedora me pone en contacto con mi terror, y también con mi deseo de ser conocido. Cuando Jesús llama a María por su nombre, está haciendo mucho más que pronunciar la palabra por la cual todos la conocen, ya que su nombre significa todo su ser. Jesús conoce a María Magdalena. Sabe su historia: su pecado y su virtud, sus temores y su amor, su angustia y su esperanza. Conoce cada parte de su corazón. Nada en ella está oculto para él. La conoce más profunda y plenamente de lo que ella se conoce a sí misma. Por lo tanto, cuando Él pronuncia su nombre, origina un acontecimiento profundo. De pronto, María toma conciencia de que el que la conoce verdaderamente la ama verdaderamente.
Siempre me pregunto si la gente que conoce todas mis partes, incluso los pensamientos y sentimientos más profundos y ocultos, realmente me ama. A menudo, estoy tentado de pensar que sólo soy amado mientras me desconocen parcialmente. Temo que el amor que recibo sea condicional y me digo: Si realmente me conocieran, no me amarían. Pero, cuando Jesús llama a María por su nombre, le habla a su ser entero. Ella se da cuenta de que Aquel que la conoce más profundamente no se está apartando de ella, sino que viene a ella, ofreciéndole su amor incondicional.
Su respuesta es: “Maestro”. Escuchó su respuesta, como el deseo de que Jesús sea, verdaderamente, su maestro, el maestro de todo su ser: de sus pensamientos y sentimientos, de su pasión y esperanza, incluso de sus pasiones más ocultas. Le oigo decir: Tú, que me conoces tan plenamente, ven y sé mi maestro. No te quiero alejar de ninguna parte de mí misma. Quiero que toques los lugares más profundos de mi corazón, de manera que no pertenezca a nadie, excepto a ti. Puedo ver que este encuentro ha sido un gran momento de sanación. Inmediatamente, María se siente totalmente conocida y amada. Ya no existe la división entre lo que ella puede mostrar sintiéndose a salvo y lo que no se atreve a revelar. Es vista íntegramente, y sabe que los ojos que la ven son los ojos del perdón, de la misericordia, del amor y de la aceptación incondicional.
En este encuentro simple podemos observar un momento religioso verdadero. Todo el temor se ha ido, y todo se ha convertido en amor. Y no hay mejor forma de expresarlo, que las palabras de Jesús: “Ve y encuentra a mis hermanos y diles: estoy ascendiendo hacia mi Padre y Padre de ustedes, hacia mi Dios y su Dios”. No hay ya diferencia entre Jesús y aquellos a quien ama. Son parte de la intimidad, que Jesús disfruta con el Padre Ellos pertenecen a la misma familia. Ellos comparten la misma vida, en Dios.
¡Qué alegría ser conocido plenamente, y al mismo tiempo, ser amado plenamente! Es la alegría de pertenecer, a través de Jesús y estar allí completamente a salvo y completamente libre. (Henri Nouwen; “Camino a Casa. Un viaje espiritual”)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mucha gente no se siente amada; creo que es un problema grande hoy en día. De ahí la actualidad y urgencia de la buena nueva evangélica: Dios es amor, Dios es Padre y nos ama. Para muchos Dios es el que castiga, a quién se le teme. Viven el dinámica premio-castigo. Es fundamental para una fe auténtica y liberadora el conocer el amor de Dios.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.