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sábado, 1 de septiembre de 2007

Leyendo a Thomas Merton.


La lectura de “Un año con Thomas Merton” se está convirtiendo en un verdadero ejercicio espiritual. Tengo la sensación de estar leyendo un nuevo diario, recién salido de las manos de su autor, y en el que descubro muchas luces para mi propio sendero interior. Primero intenté leerlo de la manera para la cual está concebido, es decir, cada día una meditación, pero me fue imposible. He decidido leerlo a mi propio ritmo, aun cuando vaya leyendo cada día la meditación que corresponde a esa jornada; luego, la segunda lectura que haga en el futuro, puedo hacerla de la otra manera. No acabo de comprender del todo la razón por la cual los textos de Merton tienen ese efecto tan especial en mí, al punto de actuar como puertas para que yo pueda adentrarme en la interioridad. Por otro lado el conocer bastante la biografía del autor me permite comprender también el alcance de cada pasaje, vinculándolo con la fecha en que fue escrito, además de servirme de los títulos que el editor ha dado a cada entrada. Esta riqueza espiritual de la vida y la obra de Merton es la que me hace tratar de darlo a conocer a mi alrededor, y haberme convertido de alguna forma en un constante promotor de todo cuanto a él se refiere.

El mes que acaba de terminar hemos puesto en este blog una cantidad grande de materiales para la reflexión, mucho más que los meses anteriores, y lo veo como señal del entusiasmo creciente con que estoy asumiendo esta labor; no hay cansancio, y esto gracias al contacto con muchos amigos que, desde diversas partes del mundo, me han comunicado su satisfacción por lo que estoy haciendo, y el buen aprovechamiento espiritual que hacen de estos materiales.

Tal vez sería interesante si pudieramos crear un grupo de personas unidas espiritualmente bajo el nombre de amigos de thomas merton, con la posibilidad futura de reunirnos en algun lugar para compartir nuestras experiencias espirituales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya corrí a comprar el libro y lo estoy leyendo. Gracias por tan buen consejo. Esta clase de lectura es muy necesaria.

stamovivo dijo...

muy linda pagina.
me parece buena idea tu propuesta. yo estoy leyendo su diario del 64, 65.
estudio filosofia y la poesia de Th. Merton me parece fascinante!!
saludos
marcos

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.