Seguidores

martes, 18 de marzo de 2008

La oración "inútil".

“¿Por qué debo pasar una hora en oración, cuando no hago durante ese tiempo más que pensar en la gente con la que estoy enojado, en la gente que está enojada conmigo, en los libros que tendría que leer… y miles de cosas tontas que se apoderan de mi mente instantáneamente?
La respuesta es porque Dios es más grande que mi mente y mi corazón, y lo que realmente está pasando en la casa de oración no se puede medir en términos de éxito o fracaso humanos.
Lo que debo hacer primero es ser fiel. Si creo que el primer mandamiento es amar a Dios con todo mi corazón, mente y alma, entonces, debería, por lo menos, pasar una hora al día sólo con Dios. La pregunta sobre si es útil, si ayuda, si es práctico o fructífero, es completamente irrelevante, ya que la sola razón para amar es el amor mismo. Todo lo demás es secundario.
Lo extraordinario es, sin embargo, que sentándome en la presencia de Dios durante una hora cada mañana, día a día, semana tras semana, mes tras mes, en total confusión y con una miríada de distracciones, cambia radicalmente mi vida. Dios, que me ama tanto que mandó a su único hijo no a condenarme sino a salvarme, no me deja esperando en la oscuridad por mucho tiempo. Podría pensar que cada hora es inútil pero, después de treinta o sesenta o noventa de esas inútiles horas, gradualmente me doy cuenta de que no estaba tan solo como pensaba: una voz muy pequeña y suave ha estado hablando conmigo, mucho más allá de mi lugar ruidoso.
Por lo tanto, ten confianza y espera en el Señor”.

Henri Nouwen.
“Camino a casa”

7 comentarios:

Anónimo dijo...

A través de nuestra oración también participamos de estos misterios de pasión, muerte y resurrección que ahora celebramos. La oración "inutil" es la oración de la cruz, la desesperación, el sinsentido de nuestra vida, y a veces también, por qué no, el sinsentido de nuestra fe. Pero, como bien dice Nouwen, el amor que ama porque sí tiene la última palabra. Sólo él nos hace decir: "En tus manos encomiendo mi espíritu".
Gracias, por acompañarnos, padre manuel, en estos dias de gracia, con estas meditaciones.

Analía dijo...

Gracias amigo por cada entrada, por la oración, por la cercanía.
Te deseo días lindos de encuentro con Jesús. Y una lindisima Pascua!

Anónimo dijo...

Mucha teología a querido darle un sentido al sufrimiento y muerte de Jesús, y de ahí a nuestro proìo dolor; en realidad el sufrimiento y la muerte nunca tienen sinsentido, nunca se justifican, y de ahí el escándalo que provocan. La fe nos ayuda entonces a ver en el sinsentido una esperanza, una luz, un "sentido". Alguien dijo hace mucho tiempo: "Creo porque es absurdo". No porque sea irracional, sino porque llega un momento en que no hay explicaciones. Y entonces cuando cesa la razón, irrumpe la luz de la fe, que no da respuestas, sino que muestra que toda pregunta es absurda e innecesaria.
En la cruz Jesús mostró que toda pregunta al Padre en ese momento brotaba de la razón, no de la fe.
La cruz es el sentido del sinsentido, si se puede decir de esta manera. Es un SI sin razones, absurdo, inexplicable.
La cruz es el abandono, y es el abrazo.

Anónimo dijo...

Justamente despues de un retiro no guiado durante tres dias en un monasterio trapense, me pregunto..orar..para que sirve? si total se trata de ponernos en manos de Dios para que se haga Su voluntad. Orar : es pedir que me ayude a aceptar su voluntad? eso es lo que creo; Entonces por que orar por los demas? por los no creyentes cercanos a mi vida? pedir tambien para que acepten una Voluntad en la que no creen?

Anónimo dijo...

Creo que orar nos sirve...para nada. Por eso es un acto de gracia, por su inutilidad. Es estar con Dios, simplemente, sentirle latiendo en el mundo, y acompañarle en ese latido. Y cuando lo hacemos, sentirnos no una individualidad, sino una comunidad, que está más allá de las fronteras de cualquier iglesia o grupo humano. En ese momento somos Cristo, diciendo cualquiera de las 7 palabras de la Cruz.
Gracias por compartir algo tan hondo.
Carlos Alberto.

Raquel dijo...

Gracias por este blog. Soy una fiel seguidora de Henri Nouwen y me alegra de haber encontrado sus palabras en la web. Gracias

Manuel dijo...

Gracias, Elena, por dejar tu mensaje.Henri es un verdadero amigo espiritual.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.