Como garantía contra los ladrones que roban
bolsos, desvalijan equipajes y revientan
cajas fuertes,
uno debe asegurar todas las propiedades con
cuerdas, cerrarlas con candados,
acerrojarlas con cerrojos.
Esto (para los propietarios) es del más
elemental sentido común.
Pero cuando aparece un ladrón fuerte, se
lleva todo,
se lo echa a la espalda y sigue su camino, con
un solo temor:
que cedan las cuerdas, candados y cerrojos.
Así, lo que el mundo llama buen negocio no
es más que una forma
de amasar un botín, empaquetarlo y
asegurarlo,
formando una carga cómoda para los
ladrones más audaces.
¿Quién hay, entre los llamados inteligentes,
que no desperdicie su tiempo amasando un
botín
para un ladrón mayor que él?
***
En la tierra de Khi, de pueblo a pueblo,
se podía oír el canto de los gallos, el ladrido
de los perros.
Los pescadores lanzaban sus redes,
los campesinos araban los anchos campos,
todo estaba pulcramente señalado
con líneas de demarcación. En quinientas
millas cuadradas
había templos para los antepasados, altares
para los dioses de los campos y espíritus del
grano.
Cada cantón, condado y distrito
era gobernado con arreglo a las leyes y
estatutos...
Hasta que una mañana el fiscal general, Tien
Khang Tzu,
liquidó al rey y se apoderó de todo el Estado.
¿Quedó acaso conforme con robar la tierra?
No,
se apoderó también de las leyes y de los
estatutos,
y con ellos de todos los abogados, por no
mencionar a la policía.
Todos formaban parte del mismo paquete.
Por supuesto, la gente llamaba ladrón a
Khan Tzu,
pero lo dejaban tranquilo
viviendo tan feliz como los Patriarcas.
Ningún pequeño Estado levantaba la voz
contra él,
ningún gran Estado hizo el más mínimo
movimiento en su contra.
Así que durante doce generaciones el estado
de Khi
perteneció a su familia. Nadie interfirió
sus derechos inalienables.
***
El invento
de los pesos y medidas
hace más fácil el robo.
La firma de contratos, la implantación de
sellos,
hacen más seguro el robo.
Enseñar amor y obligaciones
suministra un lenguaje adecuado
con el cual demostrar que el robo
es en realidad para el bien de todos.
Un hombre pobre ha de ser ahorcado,
por robar una hebilla de cinturón,
pero si un hombre rico roba todo un Estado
es aclamado
como el estadista del año.
De modo que, si queréis escuchar los mejores
discursos
sobre el amor, el deber, la justicia, etc.,
escuchad a los hombres de Estado.
Pero cuando el arroyo se seca,
nada crece en el valle.
Cuando el montículo se aplana,
el hueco junto a él se llena.
Y cuando los hombres de Estado y los
abogados
y los predicadores del deber desaparece,
no hay tampoco más robos
y el mundo queda en paz.
Moraleja: cuanto más acumules principios
éticos
y deberes y obligaciones,
para meter en cintura a todo el mundo,
más botín acumulas
para los ladrones como Khang.
Por medio de argumentos éticos
y principios morales,
se demuestra finalmente que los mayores
crímenes
eran necesarios, y que de hecho
fueron un señalado beneficio
para la humanidad.
8 comentarios:
Manuel, con textos como éste, no nos regalas una semilla, nos ofrecen la planta. La raíz y la flor están en esas palabras. No podemos dejar que se sequen, tenemos que regarlas y lograr que crezcan.
Hay que evitar que las verdades como templos se conviertan en verdades como puños y pistolas, en catedrales de los tiranos.
“Qué hacer cuando ser uno mismo
es cine de terror,
qué hacer cuando el deseo
es policía del amor,
qué hacer cuando es un éxito
matar al perdedor,
qué hacer cuando la máscara
le sobra al impostor.
Tal vez huir,
huir a la vida
tal vez vivir,
vivir en la huida
tal vez.
Qué hacer cuando mirar no es ver
aquello que se ve,
qué hacer cuando el futuro
es un espejo en la pared,
qué hacer cuando el mercado
de almas es dogma de fe,
qué hacer cuando ser libre
es preguntarse: ¿para qué?
Qué hacer cuando los héroes
persiguen un balón,
qué hacer cuando es anónima
la carne de cañón,
qué hacer cuando los monstruos
se han cargado de razón,
qué hacer cuando el latido
ya dispara al corazón.”
(Aute, “Tal vez”)
A veces vivimos un carnaval perpetuo. Disfrazamos los intereses propios de moral, el egoísmo de pragmatismo, el dominio de ley, la cobardía de orden y la indiferencia de objetividad. Claro, en tal fiesta nunca participará la justicia.
Hay un anhelo en mi alma
que todavía no tiene rostro
pero es como luz blanca
que quiere convertirse en poesía
Soy niña que balbucea
que todavía no sabe hablar
en palabras
¿es música, es mística, es arte?
o sencillamente la vida
¿Serán tus brazos puros y sinceros
que me acurrucan y me acarician
esposo mío, amado mío
y me elevan
en éxtasis de amor?
O es la arena que se escapa
entre mis manos
en un tiempo que se consume y nos hace
trascender
Estoy riendo y estoy llorando a la vez
¡Oh, mi Dios! ¡Oh, Padre! Somos tu alianza
Somos tu sacramento
Promesa fecunda sembrada en
Tierra buena
Somos esperanza, una llama viva
¡Somos la resurrección!
Bendiciones,
Carmen
Los mecanismos de mantenimiento de la paz con frecuencia generan otra guerra, diferente.
Sería bueno para el hombre renunciar a considerar el mundo en función de la utilidad y la posesión. El mundo cambiaría y el hombre sería feliz.
En memoria de Mario: POETA y ser humano coherente. Maravilloso amante para el espíritu.
También yo deseo creer en la relatividad de esta clase de ausencias.
«Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente, con tus puestas de sol y tus amaneceres. Sembrando tu confianza, te dejo junto al mundo, derrotando imposibles, segura sin seguro (...) Pero tampoco creas a pie juntillas todo. No creas, nunca creas,
este falso abandono. Estaré donde menos lo esperes. Por ejemplo, en un árbol añoso de oscuros cabeceos. Estaré en un lejano
horizonte sin horas, en la huella del tacto, en tu sombra y mi sombra (...)».
(Mario Benedetti, de “Chau número tres”)
Gracias San por traer a Mario Benedetti,
Bendiciones,
Carmen
Tus poemas seguirán abriendo y abrazando sentimientos.
M.Benedetti
Te quiero
" Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente vive feliz
aunque no tenga permiso
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho mas que dos. "
Admiración para este poeta que no se quiso subir nunca al carro de la cultura institucionalizada, a la que miraba con ironía e indulgencia. Poeta de la épica cotidiana, del compromiso social y del amor.
“…Hay que amar con valor, para salvarse.
Sin luna, sin nostalgia, sin pretextos.
Hay que despilfarrar en una noche,
que puede ser mil y una, el universo,
sin augurios, sin planes, sin temblores,
sin convenios, sin votos, con olvido,
desnudos cuerpo y alma, disponibles
para ser otro y otra a ras de sueño.
Bendita noche cóncava, delicia
de encontrar un abrazo a la deriva
y entrar en ese enigma, sin astucia,
y volver por el aire al aire libre.
Hay que amar con amor, para salvarse.”
A ras de suelo. M.Benedetti
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