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jueves, 3 de septiembre de 2009

SIMONE WEIL: CIEN AÑOS.

Alicia Gómez de Pablos es la autora del siguiente comentario sobre una escritora del pasado siglo de la que he hablado en este blog; el siguiente texto lo he tomado de "El Ciervo" (Blog), y quiere servir de motivación para quienes no le conozcan.

"A un siglo del nacimiento de una de las pensadoras más importantes que
ha dado Europa, he aquí algunas claves para conocer quién fue esta
peculiar mujer que ocupa un puesto privilegiado en la historia del
pensamiento crítico del siglo xx.
De dónde procede: nació en París, en febrero de 1909, en el seno de
una culta familia burguesa y agnóstica de origen judío. Su padre fue
un afamado médico y su hermano un brillante y genial matemático.
Cuál fue su formación: se la considera discípula de Alain desde los 16
años. A los 19 ingresa en la universidad con la nota más alta –seguida
de Simone de Beauvoir– para estudiar filosofía, literatura clásica y
griego. Se interesó de forma notable por la política y las religiones,
especialmente la católica.
A qué se dedicó: recién graduada, trabajó como profesora en varios
institutos femeninos pero también fue sindicalista, obrera de la
Renault, periodista en Alemania, cocinera en la Guerra civil española,
campesina en Marsella y voluntaria en Londres durante la Segunda
Guerra Mundial.
Cómo y cuándo murió: en agosto de 1943, cuando contaba 34 años, murió
de tuberculosis en un hospital de las afueras de Londres. Se
encontraba sola pues su familia había tenido que huir a Estados Unidos
tras la ocupación nazi de Francia.
Cuál es su legado: desde su desafío a la ortodoxia, dejó multitud de
escritos en los que se revela la inteligente filósofa, la rebelde
mística y la radical crítica social que fue. Casi todas sus obras
fueron recopiladas y publicadas póstumamente. Los libros más
interesantes son La gravedad y la gracia, A la espera de Dios y
Pensamientos desordenados".
(Los tres son de Editorial Trotta y cuestan
entre 10 y 15 euros).

3 comentarios:

San dijo...

Me parece apasionante y apasionada la vida de esta mujer, que escribió “la desgracia de los otros entró en mi carne”. Frase rotunda que vertebró todo el pensamiento y la vida de esta filósofa existencialista y mística, que también fue poeta. Otra hermosa frase suya, muy conocida “el amor no es consuelo, es luz”. Una mujer fascinante, inteligente, a la que las cúpulas ideológicas, políticas, culturales y religiosas del momento quisieron ganarla para su causas y conseguir su militancia, pero les resultó en balde. No se casó con nadie.

Anónimo dijo...

La editorial aprovechó para sacar sus obras el centenario que se celebró el pasado mes de febrero. De cualquier modo, es un lujo poder acercarse a esta mujer a través de sus escritos.
Emilio

Fernando dijo...

En la vida y en la obra de S.Weil hay un preocupación constante por el dolor humano, por los últimos, por los desgraciados.
Toda su obra gira en torno al desarraigo, dice "echar raíces quizá sea la necesidad más importante e ignorada del alma humana. Es una de las más difíciles de definir. Un ser humano tiene una raíz en virtud de su participación real, activa y natural en la existencia de una colectividad que conserva vivos ciertos tesoros del pasado y ciertos presentimientos de futuro".

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.