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sábado, 22 de enero de 2011

LIDERAZGO


Tanto Thomas Merton como Henri Nouwen se preocuparon por aquellos que buscaban servir a la comunidad cristiana de alguna manera, en la consagración o en un ministerio; sus ideas constituyen un tesoro valiosísimo si las dejamos resonar frente a nuestra búsqueda personal de Dios. En esta ocasión transcribo algunas frases relacionadas con lo que Nouwen llama el “liderazgo cristiano del futuro”; he resaltado las palabras que me parecen fundamentales, y que tocan mi propia experiencia como líder de comunidades parroquiales.

 
“Para el liderazgo cristiano del futuro es de vital importancia la mística de la teología, de tal manera que cuanto se diga, todo consejo que se dé y toda estrategia que se desarrollen procedan de un corazón que conoce íntimamente a Dios”.

 
“El líder cristiano del futuro está llamado a ser alguien completamente irrelevante, y a presentarse ante el mundo ofreciendo solamente su persona totalmente vulnerable”.

 
“El líder del futuro será quien se atreva a proclamar su irrelevancia en el mundo contemporáneo como una vocación divina que le permita entrar en profunda solidaridad con la angustia que subyace bajo el brillo del éxito, y llevar hasta allí la luz de Jesús”.

 
“El líder cristiano del futuro es el que conoce verdaderamente el corazón de Jesús hecho carne, un corazón de carne, en Jesús. Conocer el corazón de Dios significa, de una forma radical y concreta, anunciar y revelar que Dios es amor y sólo amor”.

 
“A los sacerdotes y a cuantos se dediquen al servicio ministerial en el futuro no les bastará con ser personas honradas, bien preparadas, deseosas de ayudar a sus hermanos los hombres y capaces de responder con creatividad a los problemas candentes de nuestro tiempo. Todo eso es muy valioso e importante, pero no es lo esencial del liderazgo cristiano. La pregunta central es: ¿los líderes del futuro son verdaderos hombres y mujeres de Dios, personas que experimentan el deseo ardiente de vivir en la presencia de Dios, de escuchar la voz de Dios, de estar en contacto con la Palabra encarnada de Dios y de saborear plenamente la infinita bondad de Dios?”.

 
“Para que el liderazgo cristiano sea verdaderamente fructífero en el futuro, se requiere un giro desde la moral a la mística”.

Henri Nouwen
“En el nombre de Jesús”
PPC, 1994

El tema del líder irrelevante y vulnerable aparece con mucha claridad en otro libro de Nouwen que hemos comentado en el blog, “El profeta herido”. Creo que el tema del liderazgo encaja perfectamente con la entrada anterior, y Nouwen lo describe como la relación entre profesionalidad y espiritualidad en el desempeño del ministerio cristiano. La formación teológica en los últimos años priorizó el conocimiento teórico frente a la experiencia, y aun hoy la estructura eclesial intenta formar a los futuros líderes dentro de una burbuja, al margen de las realidades concretas, complejas y vulnerables en las que han de desempeñarse luego.

1 comentario:

San dijo...

Son buenas las orientaciones que ofrece Nouwen en esta serie de manifestaciones que nos ofreces, Manuel. Y, además, me parece muy lúcida y oportuna tu reflexión final, en la que haces referencia a tu visión de lo cómo es y cómo sería aconsejable que, la estructura eclesial, acometiera la formación de los futuros “líderes”.
Mi opinión va en la misma línea. Pienso que todo ser humano es mujer y hombre de Dios, nace a un mundo y a una vida de Dios. Y el ser humano (mujer y hombre) que toma la decisión de realizar su seguimiento liderando a una comunidad cristiana (hoy,” por imperativo legal”, sólo hombres) no es posible que lo haga desde ninguna “burbuja”, viviendo “otra vida”, fuera de las experiencias vitales comunes al resto de los mortales.
Creo que el líder ha de estar al mismo “nivel” de vida, en todos los sentidos, que el resto de los miembros de la comunidad. Y tal como está estructurado el modelo organizativo eclesial, hoy por hoy, no es así. Hay condiciones de acceso restrictivas, exigencias, discriminaciones que lo impiden. En algunas iglesias cristianas esto sucede más que en otras, claro.
El “líder” no puede constituirse en una “casta”, en un “llamado de Dios”, en un “elegido”. El lenguaje utilizado es también muy importante, y sintomático. Aunque hay muchos, entre los que especialmente te incluyo, Manuel, que tienen otro tipo de visión y actitud, que no se sienten posicionados en la tradicional estructura piramidal en la que se cataloga, de iure y de facto, al pueblo de Dios. Pero esto no basta. El planteamiento debería estar instaurado y regulado institucionalmente. Y, en opinión de muchos, la actual situación requiere que se aborde ya una profunda transformación.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.