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miércoles, 2 de noviembre de 2011

PROSEGUIR...SIN RESPUESTAS


“Si bien todo se centra en mi obligación de responder a la llamada de Dios en soledad, ello no significa sacar simplemente todo de mi mente y vivir como si sólo existiéramos Dios y yo. Esto es imposible, en cualquier caso. Lo que significa, más bien, es aprender cómo de profunda es la soledad que se requiere de mí respecto de contactos y conflictos que aún tengo. Lo que significa ahora la difícil toma de conciencia de haber dependido demasiado del apoyo y la aprobación de los demás, y sin embargo, necesito de los demás. Ahora debo rectificar dolorosamente. Lo que equivale a decir que hay un sentido en el que algunas de las respuestas de Dios deben venirme de los demás, incluso de aquellos con los que estoy en desacuerdo, incluso de aquellos que no comprenden mi modo de vida. Sin embargo, sería desastroso tratar meramente de aplacar a estos últimos, la mera disposición a hacerlo me haría estar sordo a cualquier verdadero mensaje que pudieran tener. Hacer esto debidamente está fuera de mi alcance. Lo único que queda es la oración, y la paciente, humilde (si es posible) obediencia a la voluntad de Dios. Una cosa es segura: yo no poseo respuestas listas y a mano en mí mismo. (Parece casi un axioma que un eremita debería ser alguien con sus propias respuestas…). Pero tampoco puedo simplemente buscarlas en otros. El problema es aprender a proseguir un cierto tiempo, quizá largos períodos, ¡sin respuesta!”


Finales de 1965.
Thomas MERTON

3 comentarios:

San dijo...

Profundo este fragmento de Merton. En el camino, la falta de respuesta de los demás, de alguien, puede causarnos inquietud. Pero, sin duda, los tramos más difíciles de nuestra ruta son aquellos en los que somos nosotros mismos los que no logramos darnos respuestas. Cada uno creo que debería tener, para las situaciones más complicadas, mecanismos de empuje, “flotadores” que nos impulsen a la superficie para seguir disfrutando, pisada a pisada, de la vida. Como dice el gran Sabina “que la vida no es un block cuadriculado, sino una golondrina en movimiento…”, o como canta otro grande, León Gieco “Qué dignidad tan grande la de creer siempre en la vida con solo ver una flor brotando entre las ruinas”.

Inés García, aci dijo...

P.Manuel cuente con mi oración por sus intenciones, últimamente pido a Jesucristo Nuestro Señor por los sacerdotes para que de veras sean amigos del Señor en las buenas y en las malas.
"Lo único que queda es la oración, y la paciente, humilde (si es posible) obediencia a la voluntad de Dios. Una cosa es segura: yo no poseo respuestas listas y a mano en mí mismo". TM

Sólo el Espíritu de Dios en el alma del creyente puede dar sentido y también respuestas insospechadas, el horizonte es siempre más amplio, tan grande como el Corazón de Dios.

Gracias por compartir.
Hermana Inés, Esclava del Sagrado Corazón de Jesús.

Anónimo dijo...

Esta impresionante confesión de Merton, tan sincera, está llena de palabras duras : obligación, imposible, difícil, dependido demasiado, rectificar dolorosamente, desastroso, fuera de mi alcance, no puedo simplemente… Son un grito. Pero tiene la lucidez y el coraje de aceptar su realidad : yo no poseo respuestas listas. Y también tiene la solución, al menos temporal: aprender a proseguir sin respuestas. Muy duro camino.
A la soledad se siente llamado pero aquí dice “ obligado” (!qué fuerte expresión!). Pero como es humano, quiere, espera apoyo, aprobación. Hasta las críticas desea. Necesita de los otros.¿ Quién dice que al profesar, con la unción, alguien lo puede despojar de sentimientos , de humanidad?
La soledad para Merton y otros que la eligen, como él, no es vacío, es el modo preferencial de vivir su fe y su vida toda..Pero la soledad no es exclusivamente para esos que la eligen como primordial modo de vivir. A la soledad estamos llamados todos, vivamos como vivamos y con el cúmulo de trabajo y cosas que hacer que tengamos. Nuestro espacio de soledad, nuestro tiempo diario de soledad deberíamos buscarlo todos, y defenderlo con toda vehemencia. Nos es tan necesario como el agua. Y la vida cotidiana está diseñada para negárnosla.

Un problema que me parece esencial en esta reflexión es este: haber dependido demasiado.
Depender, dependemos todos, unos de otros. Eso es bueno. Y de las personas queridas dependemos más. También normal. Entiendo por "depender": esperar, anhelar, alegrarse (o sufrir) con eso. Dependemos de quererlos, de demostrarles nuestro cariño, de intercambiarnos el amor. Y dependemos de que ellos nos quieran, de que nos demuestren su cariño, de que nos den su amor. Lo mismo con “aquellos con los que estoy en desacuerdo “dice Merton. Lo malo es cuando esa dependencia se sale de cauce, por causas que pueden ser muy diversas.. Cuando se depende demasiado, y la dependencia sustituye al amor, y nos domina, nos posee.. Alcanzamos madurez a medida que dejamos de depender, y de hacer depender (con cuantos modos sutiles…) y amamos más., siendo, y dejando ser, más libres. Ese es un camino largo, difícil y con altibajos. Pero vale la pena esforzarse, intentarlo. Porque es el único modo de ser verdaderamente libres. Libres y amorosos, pero sin cadenas.
Un abrazo,
Sol

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.