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lunes, 26 de enero de 2015

MERTON: CENTENARIO

Todos sabemos, gracias a Einstein, que el tiempo es relativo, y más relativo aún resulta nuestro modo de medirlo; sin embargo también el tiempo puede convertirse en algo significativo cuando permite celebrar, evocar o actualizar acontecimientos o presencias que aportan luz a nuestro vivir cotidiano.

Algunas fechas adquieren un valor particular, como es el caso de los centenarios, y este 2015 resulta ser una de ellas, pues hace 100 años nació Thomas Merton, un ser humano como nosotros, a quien muchos consideramos un maestro, un sabio, excelente compañero de camino, a través de su testimonio vital y sus escritos, que aporta luz y sabiduría para que encontremos luego cada uno su propia senda original.

Con este blog he querido aportar desde hace ya varios años mi grano de arena en el conocimiento y la difusión en español de la vida y la obra de Merton, que para mí ha resultado altamente significativa. Ahora también, dentro de la limitación que supone escribir desde un país con difícil acceso a internet, quiero sumarme a las celebraciones del Centenario de su nacimiento, e invitar a los lectores del blog a encontrar cada uno su propio modo de aprovechar esta fecha para seguir creciendo, humana y espiritualmente, con el auxilio de Merton y otros maestros afines.

Quisiera, a lo largo de este año, compartir en el blog algunos pasajes de la autobiografía de Merton, sobe todo referidos a la primera etapa de su vida; también textos importantes que hagan referencia a su visión espiritual, y en especial a su profundo humanismo, a su compromiso con la maduración del ser humano a través de la contemplación, a su trabajo por la paz y la justicia, y por supuesto, a su visión “católica” e integradora.

Particularmente para mí, Merton siempre tiene algo que ofrecer; descubro siempre algo nuevo cuando leo y releo sus escritos. Ellos me acompañan en mi propia búsqueda y quiero que la celebración de este Centenario (que providencialmente coincide además con un Centenario Teresiano) suponga un momento de bendición y renovación interior; sobre todo porque coincide, también providencialmente creo, con un momento especial de mi propia vida.


 Así, pues, en este blog de AMIGOS DE THOMAS MERTON inauguramos también este
CENTENARIO del nacimiento de Thomas Merton.

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.