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martes, 16 de octubre de 2018

SIN PRINCIPIO NI FIN

Algunas ideas del Zen que pueden iluminar nuestra propia experiencia espiritual 
(tomado de SIN PRINCIPIO NI FIN, de Jakusho Kwong, Editorial ONIRO) 

“Incluso el más sencillo de los gestos o de las formas puede trasmitir una tremenda profundidad”. 

“Lo que es importante para nosotros, como seres humanos que somos, es saber qué hay, qué es lo que hay antes de hablar, el verdadero lugar del que no solo las palabras sino todas las cosas surgen y al que también regresan”. 

“En la práctica del zazen (en la oración): a veces nos va bien, y a veces no, casi lo odiamos, o nos parece que actuamos como un robot. Es difícil permanecer sentados y pensar que vale para algo, que hay frutos. “Pero al cabo de mucho tiempo, la práctica, apoyada por el voto que hemos hecho de no rendirnos, se volverá una de las partes másíntimas de nuestra vida. No es solo el sentarse, sino que está ocurriendo algo másallá de uno mismo y de sus limitaciones personales. No es uno el que se sienta. Es el Buda (el Cristo) sentado en uno lo que impregna todo el universo”. 


“La codicia, la ira y la ignorancia, los tres grandes obstáculos de nuestro corazón/mente original”. 

“El samadhi consiste en ir más allá del pensamiento del yo para entrar en una gran calma y espaciosidad”.

 “Ser consciente de la gran y única realidad”. 


“Una de las tareas más importantes del zen es recoger la basura. Al recoger los papeles o la basura del suelo, hemos de comprender que también estamos recogiendo la basura que se acumula en nuestra propia mente. Las palabras FUERA y DENTRO son dos formas de describir una sola cosa. Como nuestros pensamientos y nuestra comprensión dualista son una especie de desperdicios en nuestra mente, cuando recogemos la basura exterior, estamos al mismo tiempo recogiendo la interior”. 


“Cada cosa tiene su propio valor intrínseco. Abordamos nuestro trabajo y vida con este espíritu de realización”. 

A través de los diversos rituales, abrimos un camino para que Cristo aparezca en nuestra vida.

 “El espíritu, la actitud y la comprensión del zen consisten en entregarse por completo a cualquier actividad”. 


“Tal como somos, con nuestra naturaleza original, ya estamos completos, ya tenemos todo cuanto necesitamos. Ya somos una persona plenamente realizada. Lo único que necesitamos es percibirlo”. 


“Cuando seguimos el mismo programa cada día, y estar todo estructurado de antemano, lo que se oculta bajo la superficie empieza a emerger”.

 “Cuando te concentras en la práctica y estas con todo tu ser en el lugar donde te encuentras, algo cambia en tu vida”. 



“Hemos de ser un poco más sencillos y menos inteligentes” 

“Tened cuidado con vuestras ideas de provecho”. 

“Estad atentos a las cosas que parecen poco importantes”. 

“Lo más importante es confiar firmemente en nuestra naturaleza original”.

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.