La parábola del trigo y la cizaña afirma cuatro cosas:
1. Qué, en este mundo y por todas partes, la buena hierba está siempre mezclada con la mala hierba.
2. Que "los obreros del Señor" (Mt 13, 27s) quieren enseguida arrancar la mala hierba.
3. Que Jesús no quiere que se haga eso porque nadie está capacitado para distinguir la mala hierba de la buena y puede suceder que, pensando que se arranca la cizaña, lo que en realidad se hace es arrancar la buena semilla.
4. Que por eso hay que dejar las cosas de forma que sólo cuando llegue la cosecha, o sea. "el fin del tiempo", entonces será el momento de que los "ángeles" harán la debida separación y darán a cada cual su merecido.
Hay demasiada gente que, no solo se siente capacitada, sino que además está empeñada en arrancar cuanto antes lo que ellos piensan que es la mala hierba. Son los intolerantes, los que no soportan al que hace o dice lo que ellos creen que no se debe hacer o decir. Por eso no respetan el pluralismo ni la diversidad. Exigen que todo el mundo les respete a ellos, pero ellos se consideran con derecho a no respetar al disidente, al diferente, o sencillamente al otro.
Tomado de: "La religión de Jesús", José María Castillo, DDB.
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