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sábado, 5 de abril de 2008

Leer a Thomas Merton.


No puedo dejar de leer a Merton. En los últimos días he tenido algunos problemas con el manejo de este blog y no he podido tenerle actualizado en el modo habitual; espero que mis amigos y amigos de esta casa virtual sean comprensivos y no dejen de tenerme presente siempre en el corazón y en sus oraciones. Pero mientras vivo, trabajo, leo y lucho (la vida es lucha siempre) no he dejado de leer a Thomas Merton. Cada mañana, cuando voy a la capilla del convento a rezar el oficio de Laúdes con la comunidad, llevo conmigo también algún libro de Merton (casi siempre el mismo durante cierto tiempo) y dedico unos minutos a conversar interiormente con él. Esta “amistad espiritual” ha sido siempre beneficiosa para mí. Porque esta cercanía me mantiene despierto: “La fidelidad exige una crítica constante”; así lo dice Merton, y he asumido este modo de vivir la fe, ser fiel en el constante cuestionamiento de lo que soy. “Está creciendo en mí una inmensa satisfacción con cuanto es aceptado como verdad de manera meramente pasiva, sin lucha ni examen. La fe, sin duda alguna, no es pasiva ni una evasión”. Esto no hace, por supuesto mi vida más fácil, pero sí más auténtica, más libre, más vida. Con los años he ido aceptando mi “singularidad” con paz y agradecimiento, he aceptado que la posesión de muchas virtudes puede significar apenas luchar por ellas, aunque nunca alcancemos la meta que nos proponemos. “La Verdad es un Camino y una Persona, y un Camino y una Persona tienen que ser encontrados y seguidos. La Verdad debe ser vivida. De hecho, no existen fórmulas sencillas que basten de una vez para siempre”.
Como Merton, también yo quiero ser parte de todo, “como si la existencia misma tuviera un carácter celestial”, y tratar de “ir a la raíz: la unión con Dios”. Pero al mismo tiempo vivimos en un tiempo y espacio concretos, en un mundo egoísta y violento: “Como el resto del mundo, vivimos bajo la bomba”, aun siendo un consagrado con ciertas “ventajas” para hacer el camino de Dios, y “no es en absoluto fácil hacer un acto de fe en que todo en la historia está en manos de Dios”.
Leer a Merton siempre me ayuda. Me ayuda a perseverar, a seguir, a no rendirme y a rendirme a Dios. “Y únicamente si voy a donde debo ir puedo ser de alguna utilidad para el mundo”.

3 comentarios:

Analía dijo...

querido manuel,
los amigos de este espacio, seguimos teniendote muy presente; en el recuerdo y la oración. Esta amiga al menos...y sé que muchos más también.
Gracias por lo que compartís, me gusta cuando alguno de los textos de Merton que nos regalas van matizados de tu propia experiencia de camino.
Gracias de verdad! Un abrazo.

Inés García, aci dijo...

P.manuel,
es cierto Merton nos hace amigos en el Señor, gracias por seguir adelante con el blog, un saludo y mi oración,

Inés

mj dijo...

Te entiendo, te comprendo y te siento cercano en tu reflexión.
Te cojo prestada alguna de tus frases...
Un saludo muy cordial

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.