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miércoles, 5 de diciembre de 2012

UN NUEVO HORIZONTE...


El 21 de julio de 1968, escribía Thomas Merton a Ernesto Cardenal:
“Durante bastante tiempo he estado pensando en escribirte una carta decente. Hay varias razones para la demora. La principal es que aquí están pasando muchas cosas y tengo muchos planes para el fin de año. Pero nada es completamente seguro todavía. Voy a ir a Japón y luego a Tailandia, donde hay una reunión de abades católicos de Asia. También tengo que predicar un retiro en el monasterio cisterciense en Java. Después de eso no estoy seguro de qué podré hacer. Si puedo conseguir el dinero y los contactos espero por algún milagro llegar a Nepal en los Himalayas… y entonces veremos qué pasa. Birmania es también otra posibilidad; pero también se necesitará casi un milagro.
Si estos planes no resultan es posible que pueda llegar a Nicaragua para pasar unas pocas semanas contigo. En cualquier caso, cuando sea que vaya, quiero tener un período apartado y tranquilo de retiro después del viaje. Una cosa es cierta, que necesito verdaderamente soledad y necesito huir de la constante presión de las visitas y de las demandas más o menos superficiales en lo que se refiere a trabajo: artículos, comentarios, prefacios, etc. Aquí en Getsemaní soy demasiado conocido y accesible”.
 Merton manifiesta en esta carta un deseo intenso de “desaparecer”, de esconderse. Está lleno de planes, muchos lugares que quiere visitar, ya sea en Asía o en América. Presiente que algo llega: “Tengo una sensación muy precisa de que se está abriendo un nuevo horizonte y no sé bien qué es”.
 Merton morirá 5 meses después de escribir esta carta.

4 comentarios:

Jordi Morrós Ribera dijo...

Causa respeto leer ahora esta carta sabiendo el tipo de muerte en principio tan sorpresiva que tuvo Thomas Merton.

Agradecido por el aporte.

Julio César Gómez dijo...

Su nuevo horizonte es un lugar privilegiado, en un país pobre, y al lado de otro (Haití) más pobre aún.
Conociendo la zona en la que se ubica el centro de espiritualidad, y como vive una gran parte de la población dominicana (muchos han tenido que salir del país, otros mendigan en las zonas de turismo de lujo, la mayoría carece de viviendas con suficiente dignidad y comodidades), me parece un escándalo que una orden que se califica de "descalza" y sigue a Cristo, viva en un edificio de esas pretensiones y características idílicas.
Pero como no nos hemos caído de un guindo, sabemos el objetivo de tanta comodidad y belleza: captar a futuros integrantes para la orden del Carmelo, y obtener fondos con la gente de los grupitos que vayan a se dirigidos espiritualmente.
Negocio redondo, oiga.

Anónimo dijo...

Muy cierto lo que expones, Julio César. Yo no conozco RD, pero si otros países de ese entorno y del entorno africano. Y sucede así, todas las congregaciones y diócesis utilizan esas artimañas para atraer a las " vocaciones", y se benefician de chicos y chicas que responden a la "llamada", a la llamada del hambre y las comodidades. Para eso los llevan a esos lugares privilegiados, generalmente apartados, y les someten a una especie adoctrinamiento en el que les convencen de lo que le convine al obispo o al superior provincial.
Además suelen ser países en los que el clero goza de bastantes prebendas, ejercen influencia social (la población apenas tiene formación ni estudios, es muy influenciable) y el poder político le da por eso cancha y honores a las autoridades eclesiásticas.
A eso añadimos la inexistencia de clases medias. Hay pobres y muy pobres, y ricos muy ricos. A los ricos y muy ricos son también los que se trabajan en esos centros. Son fuente de dinero y favores. Son famosas y bien conocidas las donaciones de toda esa gente.
Pero soñemos con otra iglesia posible, soñemos que vendrán nuevos profetas que desmantelaran a todas estas redes de mercaderes del templo.
Confiemos en las personas que desde dentro se puedan rebelar y empezar los cambios.

Anónimo dijo...

Bosque, lamentablemente, tal y como está configurada la estructura institucional y el entramado de las órdenes religiosas, desde dentro no pueden hacer nada. Se lo impiden las autoridades eclesiásticas. Carecen de libertad, están atados por la obediencia y no pueden salirse ni un centímetro de lo que dicta el magisterio y las autoridades vaticanas, so pena de amonestación y castigo.
Los que lo han intentado, los que han ofrecido una visión critica y han propuesto alternativas más ajustadas al mensaje del Evangelio, han sido sancionados, penalizados con la expulsión, exilados lejos de sus puntos de origen, o apartados de la docencia: Hans Kung, J.M. Castillo, Juan Masiá, Xavier Pikaza, Eugen Drewermann, José Arregi, Jerónimo Podestá, Ariel Álvarez Valdés, Enrique Martínez Lozano, Leonardo Boff, José M. Diez Alegría, Edward Schillebeeckx, Juan J. Tamayo, Charles Curran, Lavinia Byrne, Joan Chittister, Yvonne Gebara, Teresa Berger, Jacques Dupuis, Roberto Haight, Tisa Balasuriya, y tan sólo hace unos días Roger Bourgeois (por defender el sacerdocio femenino).
He citado sólo unos pocos, los más conocidos. La lista es interminable, y en ella están los nombres de hombres y mujeres de Dios, honestos y coherentes con su conciencia y su fidelidad a Cristo.
Con respecto a la entrada de Manuel, impresiona leer los planes que Merton escribió y los que la vida escribiría para él poco tiempo después. Aunque todos, sin duda, conoceremos personalmente a alguien que le haya ocurrido algo similar. Y, como suele decirse, además siempre se van los mejores.
Esperemos que ese nuevo horizonte nos quede a nosotros todavía muy, muy lejano.
Saludos.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.