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sábado, 16 de marzo de 2019

DESIERTO Y PARAÍSO

La Cuaresma cristiana comienza siempre con la lectura del relato de las tentaciones de Jesús en el desierto. Coinciden los expertos bíblicos y los teólogos en el hecho de que no es un relato propiamente "histórico", sino que quiere interpretar a Jesús, su misión, su camino, su destino. La vida humana es DESIERTO, y aclaro, no es un desierto, sino que hay en esa vida una dimensión de desierto claramente identificable a nivel espiritual

Así, el camino de Israel a través del desierto del Sinaí durante 40 años se convierte en modelo de nuestro propio itinerario de fe, eso si somos capaces de mirar más allá de lo concreto y particular, e interpretamos las claves que se esconden en el relato. El paso de la esclavitud a la libertad, la resistencia del pueblo a asumir las exigencias de esa libertad y la añoranza de la servidumbre, las dudas sobre si está Dios o no con ellos, la roca que mana el agua o el maná que calma el hambre, el cansancio, los ídolos o falsos dioses, la relación de Moisés con Dios... En fin, que hay mucha riqueza en esta historia, aprovechable para pensar en nuestra búsqueda de Dios en la vida cotidiana.

El DESIERTO es en la Biblia, definitivamente, un LUGAR TEOLÓGICO... ¿Qué significa esto? Que a partir de la realidad física y geográfica del desierto, como lugar árido, apartado, lugar de paso, los creyentes descubren en él también un espacio espiritual donde Dios se manifiesta de un modo peculiar. El desierto es el lugar de la tentación, el lugar del Enemigo, pero es al mismo tiempo el lugar del encuentro con Dios: donde la Palabra se hace más clara, maduramos en la fe, hacemos amistad con Dios, y aprendemos a reconocerle. Como diría El Pequeño Príncipe, la arena del desierto resplandece, y lo hermoso es que podemos encontrar en el trayecto por el desierto un pozo en cualquier parte. El DESIERTO es, definitivamente, el lugar de lo invisible, donde todo se oculta bajo un velo misterioso, y se revela sólo a quien busca de la mano de la confianza y del amor.

Yo me atrevo a decir por todo lo anterior que, desde el punto de vista espiritual, DESIERTO Y PARAÍSO confluyen de alguna manera en el mismo espacio. Cuando somos capaces de reconocer a Dios obrando en la vida y la historia del ser humano y de su creación, entonces lo que antes parecía puro desierto empieza a verse también como vergel, como lugar de creación, como paraíso. Volviendo a retomar las imágenes del párrafo anterior, la arena comienza a resplandecer como si el desierto revelara lo que esconde bajo la arena, y la búsqueda del agua de vida que alivia nuestra sed interior, con aquellos y aquellas que también sienten el llamado de una mayor libertad y vida plena, hace que aparezca un pozo cantor justo después del mayor momento de oscuridad.

Cuando en el segundo domingo de Cuaresma leemos el pasaje evangélico de la Transfiguración, estamos también, con los discípulos, asomándonos al paraíso. Los lugares altos son siempre espacios de epifanía, de manifestación de Dios; en la Biblia son lugares geográficos también, al mismo tiempo que lugares espirituales o simbólicos. El monte donde Jesús predicó lasBienaventuranzas no es un pico elevado, pero expresa un momento sublime, particular, epifánico también, del ministerio de Jesús. Quiero decir con esto que en medio de nuestro "desierto" cotidiano vivimos también momentos de revelación, de luz, de "paraíso", es decir, "momentos altos" en los que recibimos lo necesario para seguir haciendo nuestro camino hacia la libertad.

El itinerario de Cuaresma está señalizado por estas y otras claves espirituales que nos preparan para tener una vivencia más honda y actualizada de la resurrección de Cristo, que acontece en nosotros aquí y ahora. Por eso esta invitación a reflexionar en lo que implica que la vida humana sea desierto y monte alto o paraíso al mismo tiempo. Estas imágenes, según mi propia experiencia, son sanadoras y transformadoras de la persona humana, y contribuyen a la maduración espiritual y a la superación de tentaciones y obstáculos para una vida plena, vivida en el amor.


Manuel Enrique Valls, ocd.

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.