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viernes, 10 de febrero de 2023

SAN JUAN DE LA CRUZ EN THOMAS MERTON

En sus diarios de 1946 a 1952, publicados por Thomas Merton bajo el título de EL SIGNO DE JONÁS, se aprecia su cercanía a la espiritualidad carmelitana. Comparto algunos pasajes de ese libro: 

"Leo y releo a san Juan de la Cruz y me parece comprenderle, aunque las más elementales nociones que enseña no han arraigado en mi vida. Pero no importa, porque poco a poco penetrarán en ella. Y ese hecho –me refiero a mi ceguera– forma parte de esa pobreza que quiero amar para gloria de Dios. No debo actuar como si de alguna manera pudiera poseer el secreto de algún conocimiento o de alguna técnica para llegar a la posesión de Dios" (6 de junio de 1948).

"La semana pasada leí pasajes sobre Elías en el tercer Libro de los Reyes, cómo ocultó la cabeza y se cubrió el semblante cuando oyó que Dios le hablaba en un susurro. Profunda tranquilidad. Pero no soy pobre. Cuando leo el principio de la Subida del Monte Carmelo, comprendo que mi vida espiritual ni siquiera ha empezado aún. Para venir a saberlo todo no quieras saber algo en nada... Para venir a serlo todo no quieras ser algo en nada... Para venir a lo que no gustas has de ir por donde no gustas... La vida comienza de nuevo a cada momento. Amén" (24 de junio de 1948).

"Me parece que el paisaje es importante para la contemplación; en cualquier caso, no siento escrúpulos de que me guste. ¿No se escondía san Juan de la Cruz en una estancia de la torre de una iglesia, en la que había una pequeña ventana por la que podía ver el campo?" (2 de julio de 1948).


"Leo en las Cautelas de san Juan de la Cruz sus observaciones sobre la obediencia, y no deseo otra cosa que seguirlas y dejar que Dios me guíe por mediación de aquel a quien Él elija" (22 de agosto de 1948).

"En una carta de san Juan de la Cruz a las carmelitas de Beas (carta V), se hallan estas hermosas palabras: «Pues yo iré allá y verán cómo no me olvidaba, y veremos las riquezas ganadas en el amor puro y sendas de la vida eterna y los pasos hermosos que dan en Cristo, cuyos deleites y corona son sus esposas: cosa digna de no andar por el suelo rodando, sino de ser tomada en las manos de los ángeles y serafines, y con reverencia y aprecio la pongan en la cabeza de su Señor». Nadie nos ha escrito nunca a los trapenses una carta como ésa" (31 de octubre de 1948).

"El doctor Law habló a un grupo de monjes, en su mayoría confesores, y a los maestros de novicios. Los únicos no sacerdotes allí presentes éramos el hermano Zeno y yo. Las charlas versaron sobre psiquiatría y concluyeron en una discusión general acerca de si un novicio de inteligencia media podía leer a san Juan de la Cruz con provecho o, al menos, sin daño. No supe qué responder. Precisamente ahora los novicios están entregados a sus cantos y ya han empezado a decorar el monasterio para las Navidades. De todos modos, ¿quién dice que quieran leer a san Juan de la Cruz?" (30 de noviembre de 1948).

Tomado de: Thomas Merton, El signo de Jonás, DDB 2007




 

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.