Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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martes, 12 de mayo de 2009
Mi libertad en Dios.
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
6 comentarios:
El amor a nuestra propia cruz nos saca del encierro, de quedarnos inmóviles ante la libertad del Señor.
Padre Manuel, estos días se ha hablado de la poda que hace Dios en nosotros para que demos frutos en abundancia. Probar un fruto no bueno para la salud nos hace experimentar un sabor desagradable,como podrido. Distraernos de las "cosas" de Dios,nos lleva a una soledad que no da buenos frutos.Encerrarnos dentro de nosotros mismos puede llevar a la depresión y se pierde el contacto con la realidad.
Sin embrago en ningun momento creo que Dios nos abandona. Y en ese sufrimiento y en ese dolor que identificamos con la cruz, Dios está con noostros. Son momentos de poda, por llamarlos de alguna manera.
Lo que quiero decir es que siendo Dios libre, no escoge los momentos en que nos va a acompañar. Siempre está.
Dios quisiera arrebatarme para estar al lado de aquella persona que más me necesite. Bendiciones,
CarmenZ
Genial y fascinante la frase de Merton: “Un dios que permanezca inmóvil dentro del campo de mi visión es, a duras penas, un destello del verdadero Dios transeúnte".
Jesús es el prototipo de hombre libre. Creo que la libertad cristiana es libertad para amar. Por eso la libertad que expresa el triunfo del Resucitado consiste en no estar atado a la historia en lo que ésta tiene de esclavizante.
“En la carne que me es dada
en la frente de mis amigos
en cada mano que se tiende
escribo tu nombre.
Y por el poder de una palabra
vuelvo a vivir
nací para conocerte
para cantarte
Libertad"
(Paul Eluard)
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
(Luis Cernuda)
Este texto es una invitación a la imaginación, a no aceptar ninguna imagen de Dios como definitiva, y estar siempre abiertos a la sorpresa, al desafío, a la novedad. Al mismo tiempo es profundamente humanista, pues no confina a Dios al pasado, sino que es Dios del futuro, de todo lo porvenir. Es confianza en el hombre.
Se podría hacer también otra lectura: dime con quién vives y cómo vives y sabré a qué Dios adoras o de qué Dios huyes.
Dios siempre libera. Nos atamos nosotros, encadenándonos a la comodidad, a los prejuicios y a los miedos. Nos hacemos siervos y esclavos de nuestras propias mentiras. El resultado es vivir cada día apartado del amor, la alegría y las luces de la vida. No se puede ganar ningún cielo si se elige la ruina.
Luis
Amar así, sin retener a Dios ni aún en los momentos mas duros es el salto mas difícil, un salto al vacío, pero el mas bello y lleno de confianza plena. A veces da vértigo dar éste salto...
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