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viernes, 14 de mayo de 2010

Mi lugar en el designio de las cosas...


“Todo lo que hay en esta ermita me colma de alegría.
Hay infinidad de cosas que podrían ser mucho más perfectas, de un modo u otro, ascética o domésticamente, pero éste es el lugar que Dios me ha dado después de tanta oración y anhelos, sin que lo merezca, y es un deleite. No pudo imaginar otro gozo en la tierra que tener un lugar así y estar en paz en él. Vivir en silencio, pensar y escribir, escuchar el viento y todas las voces del bosque, luchar con una nueva angustia que es, con todo, bendita y segura, vivir a la sombra de una enorme cruz de cedro, prepararme para mi muerte y mi éxodo al país celestial, amar a mis hermanos y a toda la gente, orar por el mundo entero y ofrecer paz y sano juicio entre los hombres. De modo que éste es mi lugar en el designio de las cosas y resulta suficiente. Amen”.

(Un voto… 202)

3 comentarios:

Joan Josep dijo...

Debemos esforzarnos para hacer del lugar en el que nos ha tocado vivir, esa ermita única, ese lugar de encuentro con Dios. Un abrazo: Joan Josep

San dijo...

Experimentar todo lo que Merton expresa en este fragmento, en el lugar que cada uno elige en el camino que culmina en Cristo, es gozar ya de su Salvación, haciéndole Camino y Verdad. Aunque, como le sucedió al propio TM, para encontrar ese” lugar” sea necesario que hagamos varios cambios en la ruta que seguimos en nuestro crecimiento en el amor. Merton recorrió en su vida un trazado de opciones múltiples, quizá hubiese sumado otras en su itinerario espiritual, si no hubiese muerto tan prematuramente. Tal vez precisamente porque el designio de Dios en la Creación, para el ser humano, sea la total libertad, el goce y la paz. Me parecen hermosos y sugerentes estos versos de Merton, sobre el “Hombre libre”
“Sino como los pájaros, el hombre libre canta
No se preocupa por ser reconocido
Ni le concierne el adquirir fama
No necesita una determinada máscara
Para que se le considere
El hombre libre no se deja llevar
Por la corriente de sus compañeros de viaje
Ni es enviado a empresas como los ejecutivos
Sino que como las aves o los lirios del campo
Busca ante todo el reino de Dios, sin otro cuidado
Porque el camino del hombre libre no tiene ni principio ni fin.”

Inés García, aci dijo...

Qué claridad tiene TM para expresar la interioridad que cultiva día a día en la pequeña ermita.
A través de sus escritos nos ofrece un corazón lleno de hermanos y gente, "a la sombra de una enorme cruz de cedro", orando por el mundo entero...ojalá sus libros fueran más leídos y promovidos entre los jóvenes que buscan a Dios.

Ciertamente TM es un maestro espiritual que señala el rumbo a seguir si sus libros son leídos y meditados con calma, silencio orante y amor a Cristo.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.