Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
Seguidores
viernes, 13 de febrero de 2009
Evangelio vs Mundo.
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
5 comentarios:
Hola Padre Manuel, el amor y la consideración que sentimos por nuestros sacerdotes católicos no tiene que ver con sus bienes materiales. Es mi punto de vista. El amor nace de lo que su persona transmite, de su bondad y testimonio de vida.Lo mismo sucede con las personas laicas católicas que tienen bienes materiales.No son más ni menos por sus bienes.La solidaridad y generosidad puede expresarse de muchas formas...Un abrazo y gracias por todo lo que expone. Bendiciones.
Carmen
La mejor difusión del Evangelio es llevarlo a la práctica en nuestra vida y en nuestros actos. Y creo que el valor evangélico primero y fundamental, fuente de todos los demás, es el amor. Ese amor es incompatible con la codicia de riquezas y poder.
Es hora ya de no identiticar la moral con el sexo (acto humano, natural y manifetación de un sentimiento) o enjuiciar moralmente la decisión valiente y coherente de aquellas personas que cesan su convivencia cuando ha muerto en su matrimonio la comunicación y el amor (divorcio). O condenar el uso de métodos anticonceptivos como medida de prevención de embarazos o enfermedades. Identificar la moral con esos tópicos es demasido fácil, y quizá haya sido muy conveniente para algunos interpretarla así durante siglos. Pero pienso que la fe se tiene que hacer adulta y eso implica dar a cada cosa su valor y su época.
El afán de acumular bienes, poder y pretigio no sólo no da testimonio cristiano, sino que entra en contradicción con la ética.
P. Manuel,
gracias por acercarnos esta reflexión de Merton que con su sentido del humor, la percepción de la realidad que le tocó contemplar a él en su tiempo y su modo de expresar su experiencia nos da algunas pistas de cómo ser cristianos comprometidos con la fe en el mundo de hoy.
Quiero mencionar aquí, que la espiritualidad de san Ignacio de Loyola con la experiencia de los Ejercicios Espirituales también nos da unas pautas claras en esto de ser contemplativos en la acción, para crecer en el servicio a los demás. Y pienso que la infinita cantidad de espiritualidades diversas que despliega la Iglesia en sus hijos es esencialmente seguir a Cristo pobre y humilde.
El prestigio a la larga pienso que no da lugar al crecimiento del Reino en el mundo, por más que venga camuflado como medio para evangelizar, pero no es fácil encontrar el equilibrio o la medida justa en esto como en tantas cosas de la vida, no es así?
Gracias, el blog tiene mucho para animarnos a vivir la fe,y crecer en la vocación de cada particular de los que pasamos por aquí, ánimo,
Inés
Ciertamente que eso de "estar en el mundo, sin ser del mundo" es complejo de realizar. La Iglesia no deja de ser una institución humana, que carga consigo también los pecados de la humanidad. Lo terrible no es eso, sino el hecho de no reconocerlo, y acabar luchando con el mundo por un poco de poder. Creo que es de eso de lo que habla Merton aquí.
El cristiano no puede dar la espalda al mundo. Eso es inconcebible. Al mundo nos envía Cristo, y en el mundo nacemos y vivimos. Otra cosa es aceptar pasivamente el mal. La mayor tentación es no reconocer la propia humanidad.
Publicar un comentario