Seguidores

jueves, 5 de febrero de 2009

Entre signos de interrogación.


"En el refectorio, en vez de leer (por un día, o poco más) están poniendo una de esas cintas litúrgicas, una exhortación grabada en cinta sobre la liturgia, de alguna conferencia o congreso sobre el tema. Es una arenga ensordecedora, que nos atruena a todos los oídos. El material en sí mismo no es malo: el planteamiento normal sobre la teología de los misterios de Cristo en la liturgia; normal, al menos, desde Mediator Dei. Claro que nada más allá o además de Mediator Dei.

Pero ¡el estruendo, el énfasis! Todo se machaca con los dos puños. No lo creería posible, pero así es. Constantemente se recalca con pasión la CU-RUZ (Así se subraya la palabra CRUZ: en dos sílabas y aterrizando con los pies juntos en la segunda.)

Uno de los monjes más viejos se harta y se va del refectorio, dando un portazo. No exactamente virtuoso, pero plenamente comprensible.

¡Pontífices! ¡Pontífices! ¡Somos todos pontífices, arengándonos unos a otros, blandiendo nuestros báculos unos contra otros, dogmatizando, amenazando con anatemas!

Recientemente, en el breviario, tuvimos un santo que, en punto de muerte, se quitó las vestiduras pontificales y se salió de la cama. Murió en el suelo, lo cual está muy bien: pero apenas hay tiempo de sentirse edificado con eso, porque uno está todavía cavilando sobre el hecho de que tuviera vestiduras pontificales en la cama.

Examinemos nuestra conciencia, hermanos: ¿Llevamos la mitra puesta hasta en la cama? Me temo que a veces sí.

Reflexiones tras esta atronadora cinta: simpatía hacia Péguy, hacia Simone Weil, que prefirieron no estar en medio de la página católicamente aprobada y bien censurada, sino sólo en el margen. Y se quedaron ahí como signos de interrogación: poniendo en interrogación no a Cristo, sino a los cristianos".


"Conjeturas de un espectador culpable"

Thomas Merton.

4 comentarios:

Inés García, aci dijo...

Sin duda que el buen humor de Merton ayuda a discernir por dónde se despliega el Espíritu cristiano.
Es una gran riqueza ver las cosas con este humor, ayuda a descubrir a los que permanecen entre signos de interrogación señalándonos al Maestro, a Jesús.
Gracias,
ínés

Anónimo dijo...

Ante este fragmento de Merton sólo una digo una palabra: ¡genial!.
Y tomo las de León Felipe:
"...como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio...".

Analía dijo...

No voy a ser original en esto. Me copio de SAN: GENIAL!

Saludos Manuel!

Anónimo dijo...

Es una cualidad de Merton que eleva a un nivel superior su capacidad intelectual: me refiero a su sentido del humor, a su fina ironía, que desmonta ciertos posicionamientos "espirituales". A veces bajo el disfraz de lo santo se esconden otras cosas, por eso es importante esa visión crítica y desenfadada. Y ello no daña su honda visión espiritual, para nada, sino que eleva.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.