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viernes, 27 de febrero de 2009

Amor: el hecho de que tú seas tú.


"Debo admitir una cosa, un fallo de lucidez con respecto al amor. Es tan fácil dar por sentado que el amor es de alguna manera la solución a un problema... por ejemplo, la vida es un problema imposible hasta que llega alguien a quien puedes amar... O el hombre en sí mismo es un problema resuelto por el amor. El amor es la clave de una respuesta oculta en nosotros. Y así sucesivamente, pero ¿es verdad o es tan sólo que todo el mundo quiere que sea verdad? Puede que el amor, como todo lo demás, sea en gran medida absurdo. ¿También el amor tiene que tener perfecto sentido? ¿De qué modo lo tiene?

El sentido que tiene el amor, yo creo que es el único sentido que tiene, es el amado. El descubrimiento, la revelación del valor absoluto del amado. Esto no es tanto un descubrimiento de sentido cuanto un descubrimiento de bondad. Pensar en el amor como una respuesta o una solución es evadirse del carácter estrictamente directo de este descubrimiento. El hecho de que tú seas tú es algo de valor absoluto para mí. Pero si amo de un cierto modo, ello se ve cubierto y ocultado por todas las operaciones del amor, y lo que sucede entonces es que el amor ocupa el lugar del amado. Entonces el amor, en lugar de ser una solución (que no se espera que lo sea), se convierte en un problema para el cual no hay solución. Porque entonces el amor está en el camino entre los amantes; vela la bondad del amado; reviste (o desviste) al amado como objeto deseable, lo que también está bien, excepto porque se ama al deseo en lugar de al amado.

El hecho de que tú seas tú; esto es lo único que me queda. Pero es el todo del amor. Y nada puede cambiarlo".

2 comentarios:

Inés García, aci dijo...

Realmente interesante el modo de abordar esto, muy iluminador, Merton indica un camino muy intimo con Jesús que ama a cada persona revelándole " su valor absoluto", ojalá muchos conozcan y amen a Jesús en esta cuaresma...
Gracias.

Anónimo dijo...

Podría decirse
que te he amado de muchas maneras:
con el amor de la curiosidad, primero,
con la duda,
con el amor del respeto, luego.
Te he amado con amor puro de amante,
después con el amor completo,
con la pena de la ausencia
con la imaginación, con la tristeza.
Cada nuevo día te amo de una manera:
hoy te amo con la esperanza
de una vida eterna.
Y llegaré a amarte
con las arrugas de un corazón viejo,
te amaré, algún día,
sin el espacio y el tiempo.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.