Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
Seguidores
domingo, 22 de febrero de 2009
Pero si tú me olvidas...
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita..."
Ángel González. ("Muerte en el olvido")
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
6 comentarios:
Bellísimo poema!
Hola
Tiene un buen blog.
Lo siento no escribir más, pero mi español es malo escrito.
Un abrazo de mi país, Portugal
Quizás el olvido, junto con la indiferencia es lo peor que le podemos a un ser querido.
Ángel González lo expresa muy bien en este poema.
Procuro no olvidarme de mis amigos, aunque no los frecuente.
Un abrazo enorme
mj
Me uno a Analía. Es una belleza de poema.
Todos tenemos en el alma un “tú” escrito con mayúscula, que nos ilumina. Y que si deja de estar en nuestra memoria o en nuestro afecto, se deshabita una de las partes más hermosas de nuestra vida.
Dejo otro fragmento de poema, que está en la misma onda. Es de Luis Cernuda.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Queridos amigos, este poema es para todos ustedes, que me animan con su fidelidad. GRacias, Luis, si quieres puedes escribir en portugues, no será tan difícil entenderte. SAN como siempre con sus preciosos poemas, que enriquecen tanto cada entrada.
Gracias p.Manuel muy bueno.
Yo pensé al leer el poema en los misioneros que llevan la Vida más allá de las fronteras, no se olvidan de los que "quedarán muertos sin que nadie lo sepa" en la miseria, o en el olvido, tal vez sin la fuerza y la luz del evangelio...
En "El exilio y la gloria", Merton escribe la biografía de la Madre Berchmans, una de las primeras trapenses francesa en establecerse en Japón, esta santa monja dejó su patria y fue a conocer al pueblo japonés no sin sentir la distancia de su familia y amigos, y la fuerza de la vocación.
Como siempre Merton escribe con mucha claridad, es genial.
Gracias por compartir,
Inés
Publicar un comentario