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martes, 8 de junio de 2021

UN DIOS RADICALMENTE NUEVO

"La muerte de Jesús, tal como es interpretada por los primeros cristianos, no escapa totalmente a las categorías sacrificiales del Antiguo Testamento, que han puesto a su disposición un lenguaje entre tantos otros. Pero hay que ser conscientes del desplazamiento que supone la reutilización neotestamentaria de esas categorías sacrificiales. Lo que está en juego realmente es el acceso al espacio divino, el acceso a Dios. Con su muerte, Cristo abre el acceso al Dios de la antigua alianza de una manera radicalmente nueva. Para mí, la novedad reside en el hecho de que este acceso se hará, de ahí en adelante, no de abajo hacia arriba (el sacrificio religioso como medio de reconciliación del hombre con Dios), sino de arriba hacia abajo: Dios, en Jesús, viene a encontrarse con el hombre hasta en la muerte. Si existe un sacrificio, es un «sacrificio» entendido como el fin de una comprensión de Dios y el nacimiento de otra nueva. Y esto Jesús lo hace, efectivamente, «por nosotros». 

Aunque de maneras diferentes, los Evangelios, san Pablo y el autor de la Carta a los Hebreos no están diciendo otra cosa: se pasa, de la idea de un sacrificio orientado a permitir a los hombres acercarse a lo divino, a la confesión de un Dios que muere al mismo tiempo que mueren con él las representaciones que de él nos hacemos. Creo que no somos realmente conscientes de hasta qué punto el cristianismo ha acabado con la lógica sacrificial. La destrucción del templo obligó al judaísmo a dar ese paso; para el cristianismo, la causa fue la muerte de su Mesías: su resurrección subraya, en cierta manera, que se ha terminado la muerte sacrificial, puesto que la víctima se ha levantado de entre los muertos

Queda preguntarse si una tradición demasiado larga de lectura eclesial clásicamente sacrificial de la muerte de Jesús, es decir, casi exclusivamente sustitutiva, no ha ocultado en cierta manera la novedad, sobre el trasfondo de una herencia asumida, que dejan entrever los textos del Nuevo Testamento. Para los autores del Nuevo Testamento que hemos leído, la muerte de Jesús no es tanto el fruto de un plan indispensable de Dios, sino más bien el resultado de la respuesta violenta que suscita la proclamación de un Dios radicalmente otro, radicalmente diferente y, por lo tanto, insoportable para los hombres

Los autores del Nuevo Testamento afirman simplemente –aunque este «simplemente» es esencial– que en su muerte Jesús no se limita a soportar la violencia, sino que la combate y la subvierte: su muerte y su resurrección nos están diciendo, al fin y al cabo, que la violencia, incluso religiosa, es decir, sacrificial, no tiene la última palabra. Ni el hombre ni Dios salen indemnes de ello. En este sentido, la muerte de Jesús tiene verdaderamente una dimensión sacrificial: en la muerte libre y soberanamente aceptada de Jesús, lo que se sacrifica es el Dios de las religiones tradicionales.

JEAN-DANIEL CAUSSE, ÉLIAN CUVILLIER
(Viaje a través del cristianismo)
Sal Terrae

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.