"Los relatos de "concepciones milagrosas" se encuentran prácticamente en todas las mitologías. Tras ellos, late el arquetipo del "Niño-Dios" que expresa, a través del mito, una intuición profundamente sabia: la unidad inseparable de lo humano y lo divino en un mismo ser.
Pero mientras la lectura literal del mito proyecta ese ser fuera, circunscribiéndolo a un personaje concreto, la sabiduría nos hace reconocernos a todos en él. Todos participamos de esa "doble naturaleza": somos formas diferentes (particulares) y, en cuanto tales, experimentamos las vicisitudes de nuestra historia concreta, pero, al mismo tiempo, somos también el único Ser, atemporal e ilimitado, que se expresa en cada forma, aunque sin reducirse a ellas.
En este sentido profundo, todos somos Emmanuel. A los cristianos, Jesús nos sirve de referencia amada para recordarnos que aquello que decimos de él nos pertenece en realidad a todos. Y, por eso, al verlo a él nos estamos viendo a nosotros".
Enrique Martínez Lozano
No hay comentarios:
Publicar un comentario