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sábado, 4 de abril de 2009

El cristianismo no puede rechazar la historia.


"La vida contemplativa no es ni puede ser un mero apartamiento, una pura negación, el volver la espalda al mundo con sus sufrimientos, sus crisis, sus confusiones y sus errores. Ante todo, aun el intentarlo ya sería ilusorio. Nadie puede apartarse completamente de la compañía de sus semejantes: y la comunidad monástica, para bien o para mal, está profundamente implicada en las estructuras económicas, políticas y sociales del mundo contemporáneo. Olvidarlo o ignorarlo no absuelve al monje de su responsabilidad por la participación en los acontecimientos en que su mismo silencio y su mismo "no saber" pueden constituir una forma de complicidad. El mero hecho de "ignorar" lo que pasa puede convertirse en una decisión política. Con excesiva frecuencia ha ocurrido que ciertas comunidades contemplativas de Europa, cuyos miembros, uno por uno, estaban absorbidos en meditación sobre el otro mundo, dieran su apoyo oficial y público a movimientos totalitarios. En tales casos, cabe decir, en definitiva, que el monje en su liturgia, en su estudio o en su contemplación, está participando de hecho en las mismas cosas que se felicita por haber renunciado.

Esto no equivale a decir que el monje esté obligado a compromisos partidistas y que un contemplativo tenga que tomar esta o aquella línea política determinada. Por el contrario, el monje debería estar libre de las confusiones y las falsías de la disputa partidista. ¡La cosa que menos desearía yo en el mundo es un movimiento clerical o monástico en la política!

Pero entiendo que la vida contemplativa del cristiano no es una vida de abstracción, de apartamiento, para concentrarse solamente en esencias ideales, en absolutos, en la eternidad nada más. El cristianismo no puede rechazar la historia. No puede ser una negación del tiempo. El cristianismo está centrado en un acontecimiento histórico que ha cambiado el significado de la historia. La libertad del contemplativo cristiano no es libertad respecto al tiempo, sino libertad en el tiempo. Es la libertad para salir al encuentro de Dios en el misterio inescrutable de Su voluntad aquí y ahora, en este preciso momento en que pide la cooperación del hombre para dar forma al curso de la historia, conforme a las exigencias de la verdad divina, la misericordia y la fidelidad divinas".
Thomas Merton.
"Semillas de destrucción".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El cristiano, monje, laico, o religioso es seguidor de Cristo
"Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros"..para que nosotros a imagen y semajanza ,nos divinicemos,no convirtiendonos en ángeles, sino siendo más plenamente humanos. Tarea de toda una vida

Anónimo dijo...

Merton vivió toda su vida en la paradoja vida contemplativa- eremitica y compromiso social. Por ello le criticaron y critican los contemplativos "profesionales". Merton nos mostró con su vida y su obra que no puede desligarse la contemplación del compromiso con las causas de la humanidad. Aunque seas eremita. Merton fué el precusor de la renovación de la vida eremítica. Hoy muchos ermitaños y ermitañas, desde su ermita en el monte, en medio de las urbes, unen su voz, y su oración al resto de la humanidad. Gracias,Thomas Mertón, por mostrarnos que nuestro lugar es vivir como Jonás en el vientre de una paradoja. Como Cristo vivió la paradoja vertical-horizontal de la Cruz Gloriosa. Un saludo a tod@s l@s mertonian@s. ¡Feliz Pascua de Resurrección!

Anónimo dijo...

Tan actual, TM, como siempre. El dilema entre apartamiento y compromiso es siempre actual, y desafía a los nuevos movimientos en la Iglesia. Lo secular y lo clerical también, ambiguedad de ambos términos. ¿Qué es ser cristiano? ¿Qué supone y exige? JEsús es el modelo en el cual debemos buscar siempre las respuestas, que tampoco se nos dan nunca del todo.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.