Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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lunes, 27 de abril de 2009
Para no aprisionar la ética en el reino de la división.
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
3 comentarios:
La vida en blanco y negro: así vemos las cosas habitualmente, y lo mismo en la dimensión ética de nuestra vida, bueno o malo. Me parece muy acertada la reflexión de Merton, pues invita a ir más allá de esa moral básica, diría yo que precristiana, para asumir la dinámica evangélica, que está fundada en el amor y en la libertad.
Gracias, Manuel. De nuevo nos regalas la sabiduría clarividente de Merton. Es muy importante la cuestión de la ética. También de la estética.
Creo que la ética esencial del Cristianismo es la de la compasión. Jesús es Cristo de com-pasión, de sim-patía, de solidaridad con las víctimas, con los sufrientes de la historia. Una compasión que lleva a ponerse en el lugar del otro para compartir sus sufrimientos, pero también para ayudar a superarlos, o al menos a aliviarlos.
Una ética basada en una fe en Dios autoritaria, tiránica y reaccionaria produce división, miedo, inmadurez, estrechez de miras, intolerancia, injusticia; puede llegar incluso a inspirar y a legitimar inmoralidad, abusos sociales y guerras.
Antagónica, a la que considero que debe ser una ética basada en la fe cristiana: humanitaria, tolerante, abierta, solidaria, gozosa para la vida y comprometida socialmente.
Todas las culturas tienen validez y respetabilidad, en su tiempo y en su espacio; pero las culturas están abiertas y evolucionan. Tendríamos, por tanto, que ser coherentes y disolver conceptos rígidos, incomprensibles o inaceptables.
Compartir es una bonita palabra, pero hay que ser cuidadosos con lo que compartimos (sobre todo, si el compartir se fundamenta en Cristo). No se puede compartir desde un radicalismo moral, ideológico y religioso; ni es bueno hacerlo a través de un estilo, una estética y un discurso que huelen a naftalina. La trilogía de “los buenos, los malos y los santos” sería quizás buena para una saga de cine, pero no la veo apropiada para participar a los demás la ALEGRÍA, el AMOR y la ESPERANZA por el Resucitado.
Como tampoco, las mujeres y hombres de este tiempo, van a enamorarse de un Dios al que presentemos con estampitas, frases estereotipadas, angelitos con alas y otras lindezas empalagosas. Las formas tienen fecha de caducidad. Aunque por supuesto, mi respeto y reconocimiento a la buena voluntad de las personas que las siguen utilizando.
Con esa ética divisoria y esa estética a la que me he referido, quizá mantengamos a restringidos y minoritarios grupos, pero cerramos posibilidades la apertura de fronteras. Y todo lo que no crece, acaba muriendo.
En cuanto al tan traído y llevado concepto de pecado, para mí, pecar es utilizar a Dios y a los demás, en beneficio propio. La elección consciente de la maldad y el egoísmo, que nos hacen olvidar, marginar, manipular y aplastar a otro ser humano.
Y para cualquier tipo de enjuiciamientos y aplicación de penas no deberíamos hacer referencia a Dios, sino a los tribunales.
Los cristianos deberíamos ser portadores de una ética que condujera a un gran descubrimiento : Porque Dios existe, disfrutas la vida.
Yo quiero creer que … Porque Tú viniste…
Tú viniste y se reanimó el fuego
Cedió la sombra, el frío aquí abajo se llenó de estrellas
Y se cubrió la tierra de tu carne clara
Y me sentí ligero
Viniste, la soledad fue vencida
Iba sin fin hacia la luz
La vida tenía un cuerpo, la esperanza tendía sus velas
Provisora de miradas confiadas para el alba
De la noche surgía una cascada se sueños
Los rayos de tus brazos entreabrían la niebla
El primer rocío humedecía tu boca
Deslumbrando reposo remplazaba el cansancio
Yo amaba el amor como en mis primeros días.
(Paul Eluard)
Hoy suele hablarse de una nueva ética mundial, un consenso entre las grandes religiones o ideologías para encontrar unas pautas comunes de comportamiento, aceptables para todas. La reflexión de TM es sugerente y me hace pensar. Creo que este no es un tema banal, y menos aun en el momento en que vivimos, de confrontación y tensiones entre credos y civilizaciones.
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