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martes, 23 de junio de 2009

Un desafío.


En "Acción y contemplación", en el capítulo titulado "La crisis de identidad", Merton describe la situación creada a partir de la irrupción de los "profetas" de la Modernidad, en especial los llamados "maestros de la sospecha", y apunta:


"Todos estos pensadores, incluso los cristianos, tienden a considerar que las formas convencionales de religión están aliadas con las fuerzas que han disminuido y despersonalizado al hombre. Nos guste o no, su pensamiento se refiere a nosotros y forzosamente tiene que afectarnos, aunque más no sea porque ha creado un ambiente de cuestionamiento, crítica y duda, en el que nuestros mejores candidatos (se refiere a los que se acercan a nuestras instituciones religiosas con un interés vocacional) van a venir pidiéndonos valores auténticos y exigiéndonos no que cumplamos con los requisitos de un antiguo código escrito, sino que seamos genuina y espontáneamente humanos antes que nada. Más que ante un problema, nos hallamos ante un desafío".

5 comentarios:

Inés García, aci dijo...

P. Manuel,
gracias este tema de cómo vivimos los religiosos en nuestras instituciones me interesa bastante.
Me hizo bien leer este trozo, me despertó la esperanza.
El desafío es pedir con fe, creyendo que es Dios el que quiere que se sigan acercando vocaciones, y pedir la gracia para vivir la propia vocación con alegría y paz para ser"genuina y espontáneamente humanos antes que nada".

Es como que Merton, que vivió hace 40 años, nos alumbra con sus palabras llenas de espíritu y de oración. El desafío sigue siendo el mismo hoy.
Unidos en la Eucaristía con todos los que pasan por aquí.
Un saludo fraterno y agradecido,
inés

SAN dijo...

La amplitud y la apertura del pensamiento de Merton son tan contundentes, que sus palabras resultan útiles para cualquier vocación. Ser humanos es siempre un gran desafío, ya que nos interpela y compromete a que vivamos en nuestro espacio y en nuestro tiempo no sólo “estando”, sino “siendo” para los demás, para todos los caminantes de este espacio común, global y sin fronteras de ningún tipo, que es el mundo. Concibiendo el mundo como la consecuencia de un acto de Amor ilimitado y gratuito, sólo podemos responder con una respuesta esencial y profundamente humana. En esa auténtica humanidad es en la que nos habita la divinidad.
A partir de ahí que cada uno, libremente, opte por vestir y vivir su vocación humana en las condiciones, ropajes y fórmulas comunitarias que vaya encontrando en las diferentes etapas de su camino y que le hagan feliz.

Anónimo dijo...

Ese desafío no es nada fácil. Ser genuina y espontáneamente humanos antes que nada. Hay muchos elementos deshumanizadores que rodean nuestra vida, unos dentro, otros fuera. Algunos disfrazados y otros a cara descubierta.
Pablo

Anónimo dijo...

El cuestionamiento, la crítica y la duda no siempre son negativos, es más, yo diría que casi siempre son favorables para el crecimiento personal o instititucional de cualquier índole. Lo importante es sacar de ellos una transformación constructiva y beneficiosa para nuestra vida, cualquiera que sea la vocación con la que la vivimos.
Eduardo

Anónimo dijo...

Ser, amar, creer. Desafíos que hacen que la vida merezca la pena.
Hacia dónde le hubieran conducido esos desafíos a TM en el hoy y ahora. No es nada sencillo imaginarlo.Una personalidad y una espiritualidad como la suya pueden arribar a distintos destinos, inteligentes y válidos, pero impredecibles por completo. Así es la trayectoria de los profetas y los maestros.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.